El ser humano es curioso por naturaleza. Existen a nuestro alrededor infinidad de objetos a los que estamos acostumbrados y que nuestro subconsciente ya tiene asumido cómo se usa y qué función tiene pero, ¿Alguna vez te has preguntado el porqué del funcionamiento de las cosas y qué condiciones han de darse para que se suceda? Seguramente esta pregunta te ha hecho reflexionar y ahora estás buscando algún objeto con la mirada para intentar comprender su uso.

En esta ocasión vamos a desvelar como funciona y para que sirve la lupa, un objeto que hemos visto miles de veces y que seguramente hayamos usado alguna vez.
Empecemos por lo básico, todo el mundo sabe identificar una lupa y sabe que se usa para ampliar imágenes por mediación de una lente transparente. Hasta ahí bien, pero vamos a ponernos un poco más técnicos; El principal elemento de una lupa es una lente convergente de corta distancia focal, encargada de desviar la luz incidente, lo que produce la formación de una imagen virtual ampliada creando la sensación de que la estamos observando bajo un ángulo aparentemente mayor.

Generalmente formadas por lente y mango, hay distintos tipos de lupas con distintas curvaturas, y proporcionalmente, la lente puede tener cierto grado de magnificación. Por lo general, las lupas de mayor diámetro son más potentes, ya que tienen menos distancia focal y además permiten una mayor curvatura de sus superficies al estar constituidas de cristal estrecho en los bordes y grueso en la parte central.

En base a estos principios, las lentes de aumento han ido evolucionando y adaptándose a diferentes campos y convirtiéndose en herramientas de trabajo indispensable en muchas profesiones como por ejemplo la medicina y la ciencia con el uso del microscopio. Las lentes de un microscopio son mucho más potentes que las lentes de lupa convencional, pues estas son capaces de visualizar distintos elementos y organismos que el ojo humano es incapaz de captar. Fundamental en la mayoría de investigaciones de corte científico.

También en profesiones como la relojería o joyería las lupas son imprescindibles. Un joyero puede determinar las impurezas e imperfecciones de las joyas que no puede detectar a simple vista gracias a una lupa y determinar así el valor de esta. Del mismo modo, un relojero necesitará un gran aumento en su visión para poder manejar esas piezas microscópicas con tal precisión. Por lo general estos suelen usar una lupa especial que se coloca entre el pómulo y la ceja de un ojo. Requiere práctica y paciencia para usarla.
En la actualidad ya apenas se usa debido a los avances de la tecnología digital, pero hace años una lupa era un instrumento importante para los fotógrafos, pues con ellas determinaban el granulado y la calidad de la foto para posibles correcciones.

UN POCO DE HISTORIA

La palabra lupa es de origen francés y viene de “loupe” que a principios del siglo XIV significaba “piedra preciosa de transparencia imperfecta”.

Un inglés llamado Roger Bacon, el cual era filósofo, teólogo y fraile franciscano inventó la lupa en 1250, tallando las primeras lentes con forma de lenteja, y montándose en un armazón. Posteriormente se le colocaron diferentes tipos de bordes de distintos materiales como madera, cuero, hierro o plomo. En esa época la lupa era usada por relojeros, joyeros y mercaderes de tejidos.
La referencia más antigua a un instrumento similar a la lupa viene del siglo XII en el "Libro sobre óptica" publicado en el 1021.

En los primeros anteojos se utilizaron el cuarzo y el aguamarina, pero conforme aumentó la demanda fue necesario elaborar vidrio óptico que se rompía con facilidad y causar lesiones oculares importantes. A partir de ese momento las gafas han ido evolucionando según las necesidades de la sociedad hasta llegar a los avances actuales, donde contamos con lentes progresivas con las que poder ver de cerca y de lejos a través de un único cristal.