Francisco Javier Pecci, presidente de la Asociación Estatal de Instructores de Tiro Policial, tiene claro que el terrorismo internacional está cambiando a marchas forzadas la visión europea sobre las armas. El experto, que esta semana participó en Santa Cruz de Tenerife en el seminario Seguridad en el Uso de Armas de Fuego, Baja Letalidad y Protección Policial, defiende una mejor formación de los cuerpos de seguridad en España, ahora mismo deficiente.

¿Cómo está cambiando el terrorismo internacional la visión sobre el uso de las armas por parte de los cuerpos policiales?

Está cambiando notoriamente. A nivel internacional, las policías tanto de ámbito local como estatal se han encontrado con la misma situación. Nosotros estábamos dotados, mayoritariamente, de armas cortas, y empezaron a darse cuenta de que para combatir con personas que van con fusiles de asalto un arma corta no es suficiente. Las policías belga y francesa han tenido que echar mano de armas de arsenales viejos, algunas de la Segunda Guerra Mundial.

¿Eso también ocurre en España?

Lo hemos visto recientemente en el atraco de Santander. La Guardia Civil utilizó subfusiles que están retirados de la dotación y que se han tenido que recuperar. Fusiles de asalto que están retirados y que se iban a destruir se han sacado de las reservas estratégicas para dar un servicio porque hacían falta armas que no se tenían. Son armas viejas, pero que siguen siendo aptas para el uso.

Es decir, que ha cogido a Europa con el pie cambiado.

Sí. Se tendía a pensar que lo que ocurría en Estados Unidos desde hace muchos años aquí no iba a pasar. Allí, las policías locales tienen todo tipo de armas en las mismas condiciones que un ejército. Y es lógico: si la población lo puede tener, ¿por qué no lo va a tener un policía?

O sea, que en el futuro nuestros cuerpos de seguridad se van a parecer más a los EEUU.

En EEUU se está produciendo un cambio ya, y es que las dotaciones de muchos policías patrulleros se está pareciendo más a la de una unidad militar hasta el punto de que los chalecos antibalas son chalecos con portaplacas para fusiles de asalto. En España, igual que en Europa, esa circunstancia también se está dando.

¿Y esto no choca con la conciencia europea de rechazo a las armas?

Efectivamente. Por eso Europa iba un poco más retrasada de lo que iba EEUU. Allí tenían las ideas más claras de cómo atajarlo. Aquí, en nuestra idea de reducir las armas, que está muy bien, no significa que se las quitemos a los policías, que son los que nos tienen que defender.

¿La nueva realidad puede llevar a que la sociedad civil opte por armarse más?

No necesariamente. El hecho de que un policía necesite dar más garantías de seguridad a los ciudadanos por una amenaza mayor no significa que, obligatoriamente, los civiles se tengan que armar más. El control de armas que existe en España en la actualidad es uno de los más fuertes de Europa. Aquí no tenemos un problema de gente que con armas legales haga algo. Cuando se hace es con armas ilegales. Y el control de estas armas con fronteras muy permeables es muy difícil de atajar. Ese tráfico ilegal es el que surte a las mafias, a la delincuencia organizada y al terrorismo.

Las distintas policías se han quejado siempre de lo estricta que es la ley. Se dice que un agente se piensa mucho efectuar un disparo. ¿Debe haber un cambio legal?

Tiene que haberlo, sobre todo en el ámbito de la formación y el entrenamiento. Ahora mismo, con el marco legal que tenemos, que un policía entrene es algo prohibitivo. Salvo un entrenamiento programado por su unidad, que sería muy costoso, un policía no se puede formar por su cuenta porque hay impedimentos legales. Por eso, si necesitamos que un agente tenga una formación con un arma de fuego para ser un usuario seguro, necesita un entrenamiento que ahora mismo no se da.

Pero eso es preocupante.

No significa que haya accidentes con el arma de fuego o que el policía sea un peligro. Significa que cuando lleguen situaciones estresantes como el terrorismo, conseguir que los policías hagan un uso efectivo del arma y que no haya problemas para terceras personas requiere de un entrenamiento que ahora mismo no se da.

¿Qué les está permitido?

Un tirador deportivo puede consumir en un entrenamiento hasta 100 cartuchos al día, pero un policía no puede, para su arma oficial, comprar munición ni ir a entrenar con ella. Tiene que ser el ayuntamiento el que le dote de munición. Eso solo pasa en España. Recientemente, Francia, que tenía una normativa similar debido a los atentados, ahora autoriza a las policías locales, sobre todo, a portar sus armas y a hacer entrenamientos particulares. Todo el mundo está cambiando, pero España tiene una normativa muy estricta en este sentido.

Sin que se entienda como una crítica. ¿La formación debe incrementarse en las policías locales, tal vez los menos formados pero los más cercanos a la actividad ciudadana?

Cualquier policía que esté en la calle está en contacto con el ciudadano. Depende, muchas veces, de las dotaciones de personal que tengan los diferentes cuerpos. Es cierto que, en muchos sitios, no hay Policía Nacional, hay escasez de Guardia Civil y hay mayoría de Policía Local. Por eso hay un mayor contacto. Pero eso no significa que tengan menos formación. Se tiende a pensar que las policías de ámbito nacional tienen un gran nivel de formación y es, más bien, lo contrario. Hay policías de ámbito local y autonómico que tienen mayor formación, a nivel general -no unidades especiales-, que Policía Nacional y Guardia Civil.

No es eso lo que se traslada a la ciudadanía.

Si la gente supiera la cantidad de munición que consumen Policía Nacional y Guardia Civil para los policías de nuevo ingreso que salen a la calle seguramente se asustaría.

¿Escasa? ¿200 o 300?

¿200? ¿300? Si llegara a hacer 75 disparos estaríamos hablando ya de una cosa muy importante. Antes, en Madrid un policía local salía a la calle con una media de 450 disparos. Se tiende a pensar que la Policía Nacional, por ser grande, está más preparada, y es al revés. Tiene muchos efectivos y formarlos a todos es carísimo. ¿De dónde se retrae? De la munición. Hay policías nacionales y guardias civiles que llevan dos años sin hacer ejercicios de tiro, pese a que hay normas que obligan a ir todos los años.

Parece grave.

Muy grave. Las situaciones de crisis en los ayuntamientos han provocado lo mismo (...) Muchos cuerpos policiales entrenan ya con el arma en la mano, no saben desenfundar, piensan que les va a dar tiempo. Y luego tienen disparos erróneos por falta de empuñamiento o de control de su arma. Es decir, falta mucho entrenamiento, de todo tipo, con armas y sin ellas.

¿Aprecia interés por que esta situación cambie?

Desde el punto de vista formativo, no. Es más, existe una mayor demanda de policías para formarse a nivel particular, pero como no se puede... Desde las jefaturas de mando se cree que con dar más medios es suficiente. Y es peligroso sacar a alguien a la calle con un arma sin que esté formado.

El título del seminario incluye armas de letalidad reducida. ¿Cuáles son?

Es un arma que, por sí sola, no causa la muerte de una persona. Causa incapacitación, dolor... En España están muy limitadas. Se trata, por ejemplo, de los táser, que tienen una mala fama injustificada. En más de 3.000 usos de esta arma en entrenamientos nunca se ha producido un incidente. También existen los sistemas que usan pimienta o los lanzadores. (...) Estos medios, que no son letales, se utilizan en todas las policías del mundo, pero en España no se ven.

Pero son legales.

Sí.

En el atraco de hace unos días en Santander, unos particulares prestaron a los guardias civiles sus chalecos. ¿Le sorprende?

Hay dos situaciones paralelas. ¿Hay falta de medios en la Guardia Civil? No. ¿Hay falta de los medios necesarios? Posiblemente sí. Habrá que irse dotando del material según se va dando la necesidad. Pero chalecos hay, lo que pasa es que no se piden. Es más, donde mismo están las armas están los chalecos, pero si tu prioridad es coger el arma, te has olvidado el chaleco.

¿Cuáles suelen ser las dudas más frecuentes de los alumnos?

La falta de apoyo desde el punto de vista jurídico. Parece como que la Judicatura, en general, no valorara la gran dificultad que entraña el someterte a una situación angustiosa, cuando te están atacando y tienes que tomar unas decisiones en décimas de segundo. Parece que lo que has hecho es porque quieres, cuando, en realidad, estás privado de un montón de capacidades debido a la situación de estrés. A veces, los agentes no llegan a hacer uso del arma de fuego por miedo a las repercusiones judiciales.