La Dirección General de Tráfico ha llegado "al límite" para buscar una solución consensuada a la huelga que los examinadores mantienen desde hace meses por su "nula" intención de negociar, por lo que, de seguir los paros, decretará el 50% de los servicios mínimos.

Es la principal medida que el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, anunció ayer después de que el colectivo de examinadores haya anunciado que mantiene en noviembre -la huelga se inició en junio y es ya la de más duración de la DGT- paros de lunes a miércoles en todas las jefaturas de tráfico, lo que ha provocado la suspensión de 193.000 pruebas.

"Nadie podrá decir que esta DGT no ha hecho esfuerzos sobrehumanos para ofrecer mejoras retributivas a los examinadores, pero es imposible negociar con quien no mueve ni un milímetro", reprochó Serrano, antes de avanzar que, de continuar los paros en diciembre, se decretarán la mitad de los servicios mínimos y se acelerará la incorporación de nuevos funcionarios. Aunque Serrano "no da por rota ninguna negociación", lo cierto es que la Dirección General de Tráfico recrimina duramente la actitud del colectivo de examinadores por su nula intención de llegar a un acuerdo y de acercar posturas respecto a un conflicto que viene de 2015.

"De negociación ha habido muy poca y de no mover un ápice todo", dijo Serrano, que criticó que la reivindicación de los examinadores se haya ceñido exclusivamente a solicitar como contraoferta a la administración ese aumento. Pese a ello, el director ha expuesto las ofertas que la DGT sí podía asumir, entre ellas la subida mensual de entre un 36 y un 40% del complemento de productividad.