La Agencia Espacial Europea (ESA) está tan satisfecha con el rendimiento que Lanzarote le ofrece como campo de pruebas para misiones a otros planetas, que algunos de sus responsables piensan ya en habilitar una base en la isla para ensayar en aislamiento cómo responderían sus astronautas a un viaje de año y medio a Marte sin posibilidad de ayuda externa.

La idea no es nueva: la NASA lleva ya años utilizando los parajes extremos del volcán de Mauna Loa, en Hawai, para someter a confinamientos de meses a equipos de astronautas sin más relación con el exterior que la que tendrían con la Tierra si estuvieran en el Planeta Rojo: por radio y con una demora de unos 20 minutos desde que uno formula una pregunta hasta que recibe la respuesta.

La instructora de astronautas de la ESA Loredana Bessone le viene dando vueltas hace tiempo a la opción de recrear una experiencia similar en un tubo volcánico de Lanzarote, al ser posible en el de La Corona. "Aún no lo hemos planteado, pero lo tengo en la cabeza", remarcó.

"Podría ser muy útil si pudiera colocar un hábitat a la entrada de la cueva, sería perfecto", confesó a Efe esta veterana de los programas de exploración de Marte de la ESA, que ahora dirige su programa "Pangaea", una iniciativa encaminada a entrenar a los astronautas en los hábitats de la Tierra más parecidos a la Luna o Marte.

¿Por qué Lanzarote? Porque como dice Jesús Martínez-Frías, el geólogo español que ha asesorado tanto a la NASA como a la ESA en sus últimas misiones con vehículos robóticos al Planeta Rojo, "Lanzarote es Marte en la Tierra".