En niños es más conocida como enuresis, o la persistencia de micciones incontroladas, pero la incontinencia urinaria tiene un rango de afección mucho más amplio. Los mayores, que también padecen esta enfermedad, sufren a menudo problemas sociales, cuando no caídas o roturas óseas. La prevalencia de la incontinencia depende de la edad, pero afecta principalmente a mujeres.

En este sentido, en Canarias se estima que alrededor del 24% de la población femenina padece alguno de los tres tipos de incontinencia urinaria, mientras que los hombres se ven más afectados, en un 5% de los casos, tras haberse realizado una cirugía tras un cáncer de próstata.

Los problemas sociales asociados a esta patología son muchos y diversos, y empiezan en las reservas de los pacientes a acudir al especialista cuando tienen síntomas de sufrir esta patología. No obstante, David Castro, urólogo del Hospital Universitario de Canarias (HUC), recuerda que "la información es importante, porque hay soluciones a la incontinencia". Sin una correcta orientación, las pérdidas frecuentes de orina acaban siendo un motivo de aislamiento en el paciente, que siente vergüenza al tenerse que "proteger o por expedir olor", y no puede realizar una vida social adecuada, explica Castro.

Además, los que padecen incontinencia de urgencia, uno de los tipos de esta patología, deben salir corriendo cada vez que tienen ganas de orinar. Por tanto, antes de abandonar su domicilio están obligados a realizar un mapeado de los lugares donde hay un baño para poder llegar a tiempo. Todos estos factores "repercuten en la calidad de vida relacionada con la salud", argumenta Castro, que asimismo insiste en que "tiene una repercusión similar a la de la diabetes". Y no solo eso, pues la incontinencia urinaria también afecta al bolsillo del paciente, al estar abogado al "empleo de compresas, pañales o fármacos".

La incontinencia de urgencia es más frecuente en personas mayores cuando pierden el control sobre su vejiga, y en niños, que aún no han adquirido dicho control. Para este tipo de incontinencia existen tratamientos, como los ejercicios del fortalecimiento del suelo pélvico, el uso de fármacos o la inyección de toxina botulínica, que se emplea para tratar arrugas.

Por otro lado, se encuentra la incontinencia urinaria de esfuerzo, que se produce por "una pérdida de la capacidad de contracción de los músculos del suelo pélvico".

Por lo tanto, "el fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico mejorará mucho la continencia", incide Castro. En caso de necesidad, también se puede recurrir al uso de una banda suburetral sintética, "que es un tratamiento mínimo invasivo".

En último lugar se encuentra la incontinencia mixta, una combinación entre las dos últimas. "En estos casos hay que tratar el componente de la incontinencia más importante, es decir, si el más importante es la urgencia, primero la urgencia, y si el más importante es el de esfuerzo, se trata primero el de esfuerzo".

El urólogo también dio cuenta de otra patología, una que tan solo afecta a hombres, que es la incontinencia postprostatectomía. Esta patología afecta al 5% de operados de cirugía radical de cáncer de próstata. A los que tienen incontinencia leve se les puede implantar una banda suburetral mientras que a los que la sufren de forma más severa se les indica un esfínter urinario artificial.