La primera gran borrasca atlántica con nombre, Ana, que ya ha comenzado a retirarse de la península, dejó a un pescador desaparecido cuando faenaba en aguas mallorquinas y complicó las comunicaciones aéreas y marítimas además de ocasionar centenares de incidencias menores.

Los fuertes vientos de las últimas horas golpearon con fuerza a Palma de Mallorca (islas Baleares), donde los servicios de emergencias prosiguen la búsqueda de un pescador de caña arrastrado al mar en Santa Ponça, en la costa del suroeste mallorquín, y piden mucha precaución ante la mala mar, que supuso el cierre de los puertos de Formentera y Ciutadella.

Los efectos de la borrasca Ana provocaron la cancelación de 141 vuelos en España durante el día de ayer, 67 llegadas y 42 salidas, informaron fuentes de AENA. Los aeropuertos más afectados fueron el Adolfo Suárez Madrid-Barajas y El Prat de Barcelona, con un total de 34 y 32 vuelos cancelados, respectivamente.

Por su parte, el puerto de Tarifa (Cádiz) continuaba en la tarde de ayer cerrado desde la noche del domingo, cuando se anunció la suspensión del servicio por temporal de viento previsto en el área del Estrecho. La línea con el puerto de Tánger Ciudad (Marruecos) permaneció sin salidas durante la jornada de ayer hasta que remita el temporal de poniente.

La rápida borrasca profunda Ana se desplaza hacia el noreste de la Península y seguirá su camino hacia Francia, por la costa norte de Europa hacia el sur de la Península Escandinava, tras dejar cantidades superiores a cien litros por metro cuadrado en 24 horas e incluso hasta 219 litros en algún punto de La Coruña, según los datos facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

La portavoz de la AEMET Delia Gutiérrez explicó que tras la marcha de Ana, hoy y mañana miércoles se prevé una situación más estable aunque descenderán las temperaturas y las precipitaciones volverán a ser de nieve en el Cantábrico, Pirineos y zonas de montaña.

Así, espera que en España los vientos irán girando desde el sur por debajo del frente asociado a Ana, hacia el norte, por detrás de la misma y ha explicado que ese giro que "ya está comenzando" se irá extendiendo por el norte y provocará una bajada de las temperaturas y una estabilización de la atmósfera. De hecho, salvo en las zonas del Cantábrico y sistemas montañosos donde puede precipitar agua o nieve, volverán las altas presiones por el oeste de la Península.