"Tratar con personas como yo y hablar de nuestras experiencias me ha ayudado más que cualquier tratamiento", manifiesta a Efe Alcira Sosa, miembro de la Asociación Canaria de Integración de Salud Mental Espiral, quien cree en la recuperación personal de quienes han sufrido un trastorno mental grave. Alcira Sosa se expresa de este modo durante una entrevista para hablar de un proyecto por el cual se quiere dar formación y capacitación a personas que han sufrido un trastorno mental para que sean promotores y ayuden a recuperarse a otros pacientes.

Este proyecto lo coordinan el profesor de Psiquiatría de la Universidad de La Laguna Francisco Rodríguez y José Joaquín O''Shanahan, de la Cátedra de la Unesco de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de un proyecto multidisciplinar en el que también participa el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Lluis Serra, quien dice que, si bien el rol de promotor en ocasiones no está bien visto desde el sistema académico, es muy importante para la calidad de vida de los pacientes. Francisco Rodríguez explica que poner en marcha este proyecto, que será presentado a la Consejería de Sanidad del Gobierno canario, requiere llevar a cabo un proceso institucional complejo, ya que deben participar las dos universidades públicas canarias. También deberán participar la Consejería de Sanidad y el Servicio Canario de Empleo, ya que será preciso llevar a cabo un proceso de formación de los pacientes recuperados de salud mental para que reciban una acreditación laboral y puedan ser contratados por la administración pública sanitaria.

En la entrevista también participan Juan Mosquera, doctor en Biología y paciente en proceso de recuperación, y Emilio Gotera, de Espiral, quienes coinciden en que, si bien desde la Consejería de Educación se les abren las puertas al estudio, desde Empleo se les estigmatiza. Lluis Serra señala que la figura de promotor de salud mental es necesaria porque en muchas ocasiones falta coordinación y hay inercia burocrática con los pacientes mentales, y con ese papel se trata de agilizar los procesos.

A veces desde el sistema académico no se ve muy bien la figura del promotor de salud mental y eso se debe a que no se ve a los pacientes como personas capaces de gestionar sus necesidades, comenta Lluis Serra, quien destaca la importancia que tiene ese rol para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Una figura que existe en otros países y que en España está muy avanzada en Cataluña y Castilla La Mancha, indica Francisco Rodríguez, quien destacado que se trata de colocar en el centro del sistema a las personas, y no a los recursos, como sucede ahora, con lo que se daría un giro de 180 grados en el proceso de atención a las personas con problemas de salud mental.

Lluis Serra insiste en que se trata de un proyecto en el que todo se evalúa mediante encuestas de satisfacción y asegura que el gasto sería inferior al actual y además se mejoraría la calidad de vida de los pacientes.

El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria añade que se trata de no desarraigar al enfermo, ya que el hacerlo no mejora su respuesta al tratamiento y además después hay problemas para su reintroducción en el medio.

Juan Mosquera, doctor en Biología y como paciente en proceso de recuperación que colabora en el proyecto, manifiesta que hay mucha diferencia cuando un paciente habla con un profesional, ya sea psicólogo o psiquiatra, a cuando lo hace con alguien que ha pasado "por lo mismo que tú".