La Fundación Tutelar Sonsoles Soriano recibió el Premios al Valor Social de la Fundación Cepsa en Canarias en el año 2010 por el desarrollo del programa "¿Quién cuidará de nuestros hijos con discapacidad cuando nosotros faltemos? El futuro de las personas con discapacidad". El colectivo asegura que ese hecho "contribuyó al logro de nuestro objetivo". La interrogante es la base esencial de la creación, el 7 de julio de 2003, de la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano. La tutela de personas con discapacidad intelectual cuando faltan sus padres o que se encuentran en situación de desamparo es el fin principal de esta entidad de referencia.

En la antesala de sus 15 años de actividad, "actualmente tutelamos a 43 personas con discapacidad intelectual y damos información y orientación a más de 300 personas cada año", señala la directora, Tania Paredes Noda. La mayoría de ellas residen en Santa Cruz de Tenerife (28%) y en La Laguna (33%), según las últimas estadísticas.

"Nuestra razón de ser es garantizar los apoyos que puedan precisar las personas con discapacidad intelectual en todos los aspectos de su vida, respetando sus derechos, su voluntad y sus preferencias", en consonancia con el artículo 12 de la Convención Internacional de Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Su esencia está contenida en un argumentario simple, pero cuyo alcance requiere de un esfuerzo humano difícilmente recompensable. "Queremos ser reconocidos por las familias de los hijos con discapacidad como una organización que responde a sus necesidades les garantiza los apoyos para su bienestar y les ofrece una garantía de futuro". En la Fundación Sonsoles Soriano aspiran a convertirse "en un referente clave en el ejercicio de la tutela para las personas con discapacidad, sus familiares y cuidadores, así como para los profesionales y las entidades públicas y privadas que trabajan a favor de las personas con discapacidad intelectual".

Las fundaciones tutelares son entidades sin ánimo de lucro que trabajan "para personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (mayores de edad) cuya capacidad jurídica ha sido modificada o revisada y que se encuentran en situación de vulnerabilidad". Estas personas, al encontrarse en situación de debilidad, "precisan de un apoyo tutelar que vele por sus deseos e intereses y les acompañe en su proyecto de vida. Nos centramos en dar respuesta a las necesidades de cada persona para asegurar su bienestar y su calidad de vida y lograr su plena inclusión".

Hoy, la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano celebra su fiesta de Navidad. El acto es un ejemplo de convivencia y el momento del año en el que "nos reunimos las personas tuteladas, los patronos, los voluntarios, los profesionales y los amigos de la Fundación", expone la directora de esta entidad, cuyo Patronato también preside una mujer: Georgette Bugnion.

En memoria de Sonsoles

La Fundación Tutelar Sonsoles Soriano tiene su origen y su designación en los padres de Sonsoles, una joven afectada por el síndrome de Down que falleció el 17 de enero de 2001, a la edad de 19 años. Sus progenitores quisieron responder al interrogante que se plantearon y que tanto preocupa a los padres de hijos e hijas con discapacidad intelectual: ¿Quién cuidará de nuestros hijos e hijas cuando faltemos nosotros?

El papel del voluntariado

El voluntariado participa activamente en la misión de la Fundación, estableciendo una relación personal, cálida y cercana con la persona con discapacidad intelectual tutelada para conseguir su mayor y mejor inclusión social, favorecer sus relaciones interpersonales y mejorar así su calidad de vida.

Servicios y prestaciones

Asistencia primaria y de emergencia, jurídica, a la administración de bienes y personal son servicios que la persona tutelada recibe, participando en programas de autonomía, integración laboral, ocio y tiempo libre y voluntariado. Las familias son otro eje de la atención y objeto de información y orientación jurídica y social, según la memoria de la Fundación