El agotamiento de los recursos pesqueros debido a la sobreexplotación de los mismos por la flota comercial en el pueblo senegalés de Kayar llevó al joven Serigne Mbaye a embarcarse en un cayuco rumbo a España en 2006, con el sueño de buscar un sustento para mantener a los hijos que dejaba en su país.

Mbaye forma parte de los más de 24 millones de personas que anualmente se ven obligadas a migrar en los países en desarrollo debido a la destrucción del medio ambiente, generalmente causada por los países ricos, según datos del informe del Consejo Noruego de Refugiados.

Las causas ambientales (contaminación o destrucción del suelo, sobreexplotación pesquera o desastres naturales) son el condicionante fundamental de los sin papeles que llegan a España, según las organizaciones de la Red "Enlázate por la Justicia" (Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES), que esta semana han celebrado una jornadas sobre el tema en Madrid.

Bajo el lema "Si cuidas el planeta, combates la pobreza", las organizaciones subrayan que la destrucción ambiental y migraciones forzosas son caras de la misma moneda, y dos problemas susceptibles de empeorar, debido a la acentuación de sequías, inundaciones o degradación de ecosistemas por el cambio climático.