La trata de menores para su explotación sexual está en auge en España, sobre todo de nigerianas, y, aunque muchas son liberadas por las fuerzas de seguridad, los agentes se encuentran con un obstáculo para culminar con éxito la investigación: poder demostrar que aún tienen 18 años. Menores chinas, rumanas, nigerianas y españolas son captadas por las organizaciones criminales para ejercer la prostitución en pisos, polígonos industriales, la calle y, en menor medida, clubes de alterne.

Es la trata de menores nigerianas, en auge, una de las que preocupa especialmente a los investigadores, que están constatando la mayor presencia de chicas de esa nacionalidad que llegan a España sin documentación o con una falsa, lo que dificulta la tarea de demostrar su edad.

Félix Durán, jefe del grupo de Trata de Seres Humanos de la UCO de la Guardia Civil, explica a Efe el problema que supone realizar el estudio oseométrico a estas niñas, que se compara con el perfil de mujer caucásica, por lo que los resultados no son en muchos casos fidedignos. De hecho, en ocasiones esos análisis arrojan un resultado de una edad de 18 años y después, gracias a los contactos con las autoridades nigerianas, se han conseguido los documentos de nacimiento y se ha constatado la minoría de edad. No son patrones perfectos con los que se está trabajando, por lo que se está intentado actualizarlos y adaptarlos a las nacionalidades y razas.

El grupo lucha contra las organizaciones más complejas dedicadas a la explotación sexual y, en 2016, detuvo a 50 personas y logró liberar a 40 víctimas. A falta de cerrar la estadística de 2017, el número de arrestados por la UCO se ha duplicado y las víctimas liberadas superan el medio centenar.