Francisco Polo ejerció durante siete años como director de la plataforma Change.org. Emprendedor social casi de cuna, ha decidido dar el salto a la arena política asumiendo la Secretaría de Emprendimiento, Ciencia e Innovación del PSOE. Una llamada de Pedro Sánchez y solo cuatro segundos hicieron que el activista se sumara a la causa para, tal y como él afirma, convertir todas sus ideas en políticas reales y cambiar el país. Su principal objetivo, que ayer expuso en la Universidad de Invierno de Arona (UIA), es convertir España en un paraíso para el talento.

¿Cómo surgió la idea de crear una plataforma como Actuable?

Surge en 2007 cuando estaba opositando a la carrera diplomática y tenía un blog. Un día empecé a hablar de bombas de racimo, que eran unas bombas ilegales que se estaban fabricando en nuestro país. Al mismo tiempo se estaba negociando un tratado internacional donde España no tenía clara su posición. Por ello, iniciamos una campaña para movilizar a la gente y para que el Gobierno se comprometiera a prohibirlas, y ganamos. Aquello inspiró a mucha gente. Tres años después decidí que la mejor manera de hacer que la gente pueda iniciar campañas como aquella era crear una plataforma que permitiera crearlas fácilmente. Lo lanzamos en septiembre de 2010 y ya en 2012 se produjo la fusión con Change.org.

De las acciones que se han llevado a cabo, ¿cuáles diría que son las más importantes o que mayor efecto han tenido?

Para mí las grandes peticiones son todas las que han ganado, sean locales, estatales o globales. A todas las personas que han participado les ha servido para que realmente se den cuenta de que hay una forma o manera de cambiar las cosas. El gran éxito ha sido que plataformas como Actuable o Change.org han conseguido cambiar la mentalidad de la gente en España.

¿El activismo digital puede llevar a adhesiones irreflexivas?

El activismo digital y las herramientas que proporciona son continentes que están huecos y los rellenamos con lo que nosotros queramos, por lo que puede dar a movilizaciones reflexivas o irreflexivas. Siempre he insistido en el sentido crítico de la gente para sumarse a una campaña u observar su realidad. La parte buena de esto es que llegan a nuestro conocimiento cuestiones que desconocíamos o no nos habíamos cuestionado. Para mí ha sido un gran aprendizaje la cuestión de los animales. Siempre había sido muy ecologista, pero jamás había conocido el movimiento animalista y la cantidad de maltrato animal que hay en nuestro país y globalmente.

Después de su paso por Change.org decide dejarlo y unirse al equipo de Pedro Sánchez, ¿por qué decide irse?

Tras siete años como director de Change.org hice una reflexión. Hemos tenido un éxito tremendo, hemos afianzado la organización y ayudado a mucha gente, pero también he conocido todas las dificultades que hay en España en el emprendimiento tecnológico, para innovar e investigar. Me di cuenta de que no existía en casi ningún partido una visión clara de futuro de qué es lo que queremos ser y qué hay que hacer para convertirnos en aquello que queremos ser. Por eso, estuve reflexionando sobre cómo convertir España en un paraíso del talento y decidí el pasado mes de marzo que esta etapa de mi trayectoria había terminado. Decidí dar un paso más y articular todas estas ideas para hacer políticas reales con el Partido Socialista Obrero Español.

¿Qué planes tiene desde su Secretaría de Emprendimiento, Ciencia e Innovación?

Dentro de las cuestiones que entran en mi Secretaría hemos decidido empezar por la ciencia y el pasado viernes presentamos el contenido de un acuerdo de país para la I+D en España. Esta tiene tres ejes y una cuestión previa. Si queremos que la ciencia sea algo central para el progreso social y económico de nuestro país, debemos recuperar un ministerio sectorial en este sentido. A partir de ahí, tres ejes. Primero, incrementar la financiación, ya que tenemos una inversión de un 1,19% del PIB; sin embargo, la Unión Europea está en un 2%. Debemos estar a la cabeza y llegar a esa cifra en 2020, y luego seguir incrementándolo y mantenerlo en el tiempo, por lo menos hasta 2050. El segundo punto es conseguir recuperar a los 37.000 científicos jóvenes que se han ido fuera. Y en tercer lugar, terminar con la burocracia que hace que un científico tenga que pasar horas y horas rellenando papeles para justificar su proyecto.

Si España no es un paraíso para el talento, ¿qué es en la actualidad desde su punto de vista?

Para un emprendedor, España es un país muy prometedor, porque hay muchos que están haciendo un esfuerzo ímprobo, y lo sé de primera mano, pero lo que ocurre es que tenemos un Gobierno que no cree en el emprendimiento tecnológico como uno de los terrenos en el que podríamos ser punteros, por lo que no hace más que legislar en contra de ello. Conozco muchos emprendedores de alrededor del mundo a los que les encantaría vivir en España. En vez de venir un mes, trabajemos para que sean once y trayendo sus empresas y generando puestos de trabajo. En definitiva, que nos convirtamos en un estado emprendedor, a través de políticas activas para atraer capitales, talento; que puedan crecer las empresas y se puedan internacionalizar manteniendo su sede.

¿Se les da facilidades a las startups?

No las suficientes. Hay que tener una visión global. Hay que mirar lo que se está haciendo en otros países. Por ejemplo, en el Reino Unido hay unos sistemas de inversión que permiten deducciones a los que se llaman business angels. Estos primeros inversores, que ayudan con pequeñas cantidades a que la idea se convierta en prototipo, tienen muchas facilidades y apoyo para recuperar el dinero, y en España, no.

Siempre ha estado ligado a causas sociales, ¿de qué manera influyó su infancia en ello?

Totalmente. Siempre cuento que cuando era pequeñito sufrí acoso escolar. Luego no me ha dejado secuelas, ya que considero que he vivido una infancia bastante feliz y me he desarrollado en plenitud. Pero siempre me ha dejado un poso y, sobre todo, un aprendizaje, que es que ante las cosas que no me gustan doy un paso adelante para cambiarlas. Este ha sido siempre el leitmotiv de mi vida: qué puedo hacer para ayudar a mejorar las cosas y dar un paso adelante. Y mi último paso ha sido decirle que sí a Pedro Sánchez y empezar a articular mi visión en planes concretos.

Se define como changemaker, ¿cómo definiría este concepto?

Una persona que quiere provocar cambios y lucha por ello. La gente que me lee en el periódico o me escucha en la radio puede tacharme de idealista, y lo entiendo. Me dijeron que era un idealista por querer acabar con las bombas de racimo en España, pero yo lo que hice fue investigar cómo podíamos provocar ese cambio y ahora ni se fabrican, ni se compran, ni se venden. Luego dije que quería crear una plataforma para que todo el mundo pudiera hacer lo mismo. También me dijeron que era muy idealista y creamos Actuable y Change.org. Ahora quiero cambiar este país y me siguen diciendo que muchas de las cosas que digo son idealistas. Creo que los que tenemos visión de futuro y los que trabajamos con seriedad para buscar soluciones reales somos los que podemos provocar cambios.

¿Con qué cualidades debe contar un emprendedor para tener éxito?

Lo que tiene que hacer un emprendedor es pensar en solucionar un problema que sea importante y si, además, es social y puede convertirse en emprendedor social, mejor que mejor. Luego, trabajar seriamente en profundidad, siempre buscando la solución más efectiva y adecuada. Y, por último, perseguir la sostenibilidad de ese proyecto. Con ello, se tiene una buena idea. Luego, también es importante desarrollar habilidades emprendedoras. No todo el mundo tiene que ser emprendedor, pero sí me gustaría que el que quiera serlo, en vez de encontrarse barreras, se encuentre con un Estado que no pone barreras y lo acompaña. Un Estado que fomente políticas atractivas, que evite la marcha de tantos investigadores y que, en conclusión, genere un nuevo tejido económico y de trabajo, no solo compuesto por la gente que trabaja en las empresas tecnológicas, sino por mucha gente que puede beneficiarse.