La actividad gripal continuó su descenso en la octava semana del año, con 109,08 casos por 100.000 habitantes, y se notificaron 50 nuevas defunciones en casos graves hospitalizados, un 85% de ellos mayores de 64 años.

Son datos del informe semanal del Sistema de Vigilancia de la Gripe del Instituto de Salud Carlos III, donde se concluye que el nivel de intensidad es alto en Ceuta, medio en Melilla y bajo en el resto del territorio vigilado, excepto Asturias, Cantabria, Canarias y Extremadura, donde ya es basal.

La enfermedad sigue siendo epidémica en gran parte del territorio nacional, excepto en Navarra y Andalucía donde es local y Asturias, Cantabria, Extremadura y Canarias donde es ya esporádica.

La tasa de incidencia de esta enfermedad ha descendido respecto al pico de máxima incidencia gripal de esta temporada, que se alcanzó en la tercera semana de este año.

Por grupos de edad, esta semana se observa un descenso de las tasas en todos ellos, siendo significativo en el grupo de 0-4 años y en el de 15-64 años.

De las detecciones centinelas notificadas desde el inicio de la temporada hasta el momento, el 63 % son tipo B y el 37 % tipo A.

Desde el inicio de la temporada 2017-18 se han notificado 686 defunciones en dieciséis comunidades, el 52 % en hombres.

De las muertes, 470 (69 %) están asociadas a virus B y 216 (31 %) a virus A.

La media de edad era de 82 años y en el 85 % de los casos eran mayores de 64 años, 13 % entre 45 a 64 años y el 2 % al de menos de 44 años.

El 98 % presentaban factores de riesgo, el 52 % de los casos desarrolló una neumonía y el 28 % habían ingresado en UCI.

De los 589 casos pertenecientes a grupos recomendados de vacunación, el 49 % no había sido vacunado.

El informe señala asimismo que los datos de aumento de la mortalidad han coincidido tanto con la fase de ascenso de la epidemia gripal como con una ola de frío registrada en España en las últimas semanas.