El movimiento feminista tomó en el Día Internacional de la Mujer las calles del centro de Madrid en una multitudinaria e histórica manifestación que ha puesto el colofón esta noche a la primera huelga feminista por los derechos de las mujeres convocada en España.

La cabecera de la ''marea violeta'', que salió de Atocha a las siete de la tarde, tardó más de dos horas y media en llegar al final de la Gran Vía, en su confluencia con la plaza de España, donde se había instalado un gran escenario.

Mujeres de todas las edades participaron en la marcha, que también contó con una significativa presencia masculina.

"Madrid será la tumba del machismo"; "estamos hasta el culo de tanto machirulo"; "queremos empleo, el trabajo nos sobra" y "no es no, lo demás es violación" fueron algunos de los lemas más coreados.

Carteles con consignas como ''Soy latina, soy feminista Ñsin estereotipos''; ''hay otro maltrato en medios y despachos'' y otros que reclamaban ''igualdad'' y ''justicia'' se leían esta tarde entre el gentío.

Un sujetador de grandes dimensiones envuelto en una alambrada denunciaba la opresión y el acoso que sufren muchas mujeres.

No faltaron los selfies para inmortalizar el momento, como el de un grupo de mujeres que cerró la sesión fotográfica con un "estamos hasta los huevos...y nunca mejor dicho".

A la pregunta de por qué estaba allí, una niña de 6 años respondió que su madre le había dicho que le acompañara a la manifestación y que "las mujeres tienen que cobrar lo mismo que los hombres, sino no vale".

José Olivares, un "aprendiz de juglar y trovador" de 75 años, megáfono en mano y tocado con un sombrero, recitó un romance de homenaje a la mujer que fue muy aplaudido.

"El mundo futuro es de ellas por su amor e inteligencia, desplazando a los machistas a las cloacas infectas (...) Fuera violencia machista, eduquemos sin desmayo las nuevas generaciones por la igualdad sin descanso", señalaba.

Una activista subió al escenario para proclamar que las mujeres habían "parado" Madrid y "mañana continuaremos".

Al término de la manifestación, bajo una fina lluvia, representantes de la Comisión 8-M leyeron un manifiesto contra la violencia machista y la discriminación laboral de la mujer, en el que denunciaban la brecha salarial entre hombres y mujeres.