El papa Francisco lamentó la crueldad actual contra los niños, durante la homilía de la misa que ofició en la iglesia del santo padre Pío en San Giovanni Rotondo, en la región de Apulia, sur de Italia, donde viajó hoy.

"Cuando era pequeño, en el colegio nos enseñaban la historia de los espartanos. Siempre me afectó lo que decía la maestra que cuando nacía un niño o una niña con malformaciones lo tiraban por el precipicio. Nosotros, los niños, decíamos:"¡Qué crueldad!", explicó el pontífice.

Opinó entonces que "ahora nosotros hacemos lo mismo con mas crueldad y con más ciencia. Lo que no sirve, lo que no produce, los descartamos".

El papa dijo que "quien cuida a los niños está de la parte de Dios y vence a la cultura del descarte, que, al contrario, prefiere a los potentes, y considera inútiles a los pobres".

Francisco viajó hoy a Pietrelcina y a San Giovanni Rotondo, los pueblos de la vida del santo padre Pío en el 50 aniversario de su muerte y los 100 años de la supuesta aparición de los estigmas en sus manos, pies y costados.

En su homilía, en uno de los lugares católicos más visitados tras San Pedro del Vaticano y Guadalupe en México, elogió "la humildad, la obediencia a la cruz y el ofrecer su dolor" del padre Pío.

"Todos son admirados, pero pocos hacen lo mismo. Todos hablan bien, pero ¿cuántos los imitan?. Muchos están dispuestos a poner un ''me gusta'' en la página de los santos, pero ¿quién hace lo que hicieron ellos?", afirmó.

A su llegada a San Giovanni Rotondo visitó el hospital "Casa Alivio del Sufrimiento" y se detuvo sobre todo en el departamento de oncología y hematología pediátrica, donde repartió caricias y bendiciones a los pequeños pacientes, y conversó con algunos de los familiares.

También entró la pequeña y modesta habitación en la que vivió el santo.

Antes había estado en el pueblo natal del padre Pío, Pietralcina, en la que fue la primera visita de un pontífice y desde allí habló del problema de la despoblación porque los jóvenes emigran por la falta de trabajo.

"Espero que este territorio pueda obtener nueva savia de las enseñanzas de vida de padre Pío en un momento no fácil como el presente", dijo el pontífice argentino.

Francisco se refirió entonces a que "la población disminuye progresivamente porque envejece y muchos jóvenes se ven obligados a viajar a otros lugares para buscar trabajo".

En este pueblo de poco más de 3.000 habitantes, Francisco resaltó la figura de ese monje capuchino "que sorprendió al mundo por su vida dedicada a la oración y a la escucha paciente de los hermanos y de sus sufrimientos".

Tras la misa en el santuario, Francisco regresó a Roma.