Completamente envuelto en un manto negro, el Cristo de la Misericordia fue trasladado ayer, Domingo de Ramos, desde Santa Ana hasta el Oratorio de la Soledad. Así lo marca la tradición, que se remonta a finales de 1600, cuando entonces la imagen se trasladaba, oculta entre telas, a la casa de María de Prieto. Una vez extinguida esta familia, explicó ayer a EL DÍA el párroco de Garachico Domingo González, tomó el testigo la familia Ponte, desde 1750.

Como cada tarde-noche de Domingo de Ramos, la imagen (una talla de pasta americana que data de finales del XV o comienzos del XVI) fue trasladada por los párrocos de Garachico desde Santa Ana a la capilla de la familia Ponte, para su custodia.

Como antaño, como ni nadie conociera qué se traslada, fue portado el Cristo Difunto cubierto por un mano y custodiado por cuatro faroles, para regresar al templo desde el Oratorio de la Soledad, como se conoce la capilla, hasta la parroquia de Santa Ana.

A la salida de Santa Ana el recorrido transcurrió por algunas de las principales calles del centro histórico del municipio como Francisco Martínez de Fuentes, Calvo Sotelo y Esteban de Ponte, donde se encuentra el Oratorio de la Soledad. Como dato curioso, la procesión pasa precisamente por la calle que lleva el nombre del sacerdote que quiso evitar este culto.

El Cristo de la Misericordia partirá como Cristo Yacente de nuevo hasta la Parroquia Matriz a las 19:30 horas del Viernes Santo, acompañado de sacerdotes y hermandades y la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.