Hay lugares que cambian por completo cuando llega la Semana Santa, y hay también vecinos y devotos que esperan con ansia la llegada de estos días porque los hacen transitar no solo por las calles de siempre con un ambiente distinto, sino también por otros callejones: los de la memoria.

Es la historia de La Cuesta, de su encuentro, de su gente. Sus bodas de plata este Martes Santo le dieron un cariz, si cabe, más destacado. Fue, a decir verdad, lo mismo de siempre; y por eso es especial. Nuestro Padre Jesús Cautivo ante Caifás y María Santísima de los Dolores; La Candelaria, y La Paz y Unión; los costaleros; las cofradías. Pero sobre todo el encuentro en la plaza. Ese momento único en el que el tiempo parece pararse.