Una línea telefónica contra la esclavitud moderna en Reino Unido ha identificado a casi 5.000 víctimas potenciales de esta lacra que estaban siendo explotadas en lugares de lavado de coches, obras, salones de uñas y clubes de alterne, según ha anunciado este lunes Unseen, la ONG que la gestiona.

Unseen ha explicado que la línea telefónica ha recibido 3.710 llamadas de víctimas y ciudadanos privados a lo largo de 2017, su primer año de existencia, y que ha derivado alrededor de 1.450 a grupos antiesclavitud, la Agencia Criminal Nacional --tildada como el FBI británico-- y a otras fuerzas policiales del país.

El Gobierno británico estima que, al menos 13.000 personas son víctimas de trabajos forzosos, explotación sexual y servidumbre doméstica en Reino Unido, pero la Policía cree que el número real puede estar cerca de las decenas de miles de víctimas.

"Pretendemos ayudar a la gente a salir del círculo de la explotación y debemos continuar ofreciendo un servicio que pone a las víctimas en el foco de lo que hacemos", ha indicado en un comunicado el fundador y director ejecutivo de Unseen, Andrew Wallis.

Unseen estableció la línea telefónica de explotación laboral en octubre de 2016, después de recibir un millón de libras (1,1 millones de euros) de Google para su financiación. Desde entonces, la línea ha recibido llamadas de empresas que se quieren informar sobre los riesgos de la explotación laboral, peticiones de ayuda de víctimas y denuncias de posibles casos de esclavitud.

Según Unseen, una de cada diez llamadas recibidas fue realizada por víctimas potenciales y alrededor de la mitad ha provenido de gente que cree ha estado en contacto directo con víctimas.

De las casi tres cuartas partes de las 4.900 supuestas víctimas localizadas por la línea, alrededor de 3.550 sufrían de explotación laboral en negocios como sitios de lavado de coches y salones de uñas, 774 estaban siendo explotadas sexualmente y 128 estaban atrapadas en regímenes de servidumbre doméstica.

La Policía ha reconocido el valor de la línea telefónica porque permite a los ciudadanos compartir sus sospechas y da la posibilidad a las víctimas --que habitualmente tienen cierto temor a las autoridades-- a denunciar su situación y a pedir ayuda.

"La esclavitud moderna es un delito oculto y las fuerzas del orden británicas dependen en gran parte de la sociedad para poder perseguirlo", ha explicado el jefe de la brigada antiesclavitud de la Policía Metropolitana, Phil Brewer.

Reino Unido es considerado uno de los líderes mundiales en la lucha contra la esclavitud. En 2015, el Parlamento británico aprobó el Acta de la Esclavitud Moderna para perseguir a los traficantes de personas, proteger a aquellos en riesgo de caer en las redes de trabajo forzoso y a instar a las compañías a que vigilen que en sus redes de suministros no se somete a nadie a explotación laboral.