Las playas de Barcelona y Tarragona han sido invadidas por medusas Velella Velella, que no son toxicas.

Los casos de las playas de Barcelona y Tarragona, en consecuencia, son distintos al de las playas de Alicante, afectadas por la carabela portuguesa. El peligro de la carabela, que en realidad no es una medusa sino un hidrozoo sifonóforo, reside en los numerosos filamentos saturados de potentes células urticantes que penden de la vejiga, capaces de segregar un veneno que no solo produce un dolor intenso sino que genera consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas.