Javier Barañano García ha dedicado su vida a las ópticas. Procedente de una familia de fotógrafos y ópticos, Barañano hace ya más de 30 años fue acogido en el Archipiélago como un canario más. Hoy se alza, gracias a sus estudios, con una patente que podría revolucionar el mundo de la fotografía aunando la estereoscopia (efecto 3D) con la imagen envolvente (en 360 grados).

Corría el año 2015, y Barañano se topó con Google Cardboard, una plataforma de realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés) sobre la base de cartón plegable que funciona con una imagen proyectada en un teléfono móvil inteligente. Un precepto que más tarde también utilizaría Facebook un año después, al comercializar sus gafas de VR Oculus Rift.

Todas estas se basan en los principios de las estereoscopios que empezaron a comercializarse a principios de 1800, en la época victoriana. Dos lentes positivas muestran dos imágenes ligeramente distintas a cada ojo, creando la sensación de profundidad, es decir, la ilusión de 3D. En aquellos momentos era usual utilizarlo con transparencias. Algo que, salvando las distancias, se hace actualmente en los dispositivos más modernos.

Barañano se dio cuenta de que sistemas como "Oculus se están utilizando a la décima parte de su rendimiento porque se usan para ver imágenes en dos dimensiones". Por eso, decidió que iba a crear un "sistema de cámara estereoscópica omnidireccional" para fotografíar imágenes directamente en 3D que además presentaran todo un espacio, es decir, en 360 grados. Se trata de un aparato compuesto por dos cámaras alineadas en tres raíles que giran estos aparatos en todas las direcciones.

El pasado martes, lo presentó frente a un auditorio de 800 fotógrafos especializados en realidad virtual de todo el mundo que se congregaron en Kioto, Japón. Su única intención fue la de divulgar sus hallazgos para hacer crecer el conocimiento fotográfico, eludiendo ejercer derechos sobre su patente.

Lo que ha conseguido es "matemáticamente imposible", sin embargo, este no fue un obstáculo suficientemente grande para el óptico quien, "mediante trucos", consiguió arreglar los errores que tradicionalmente suceden al intentar realizar esta técnica. "Para hacer una fotografía en 360 grados, tienes que alinear el punto nodal de la óptica junto al punto de no movimiento del rail, y si te sales de ahí, tienes una especie de errores a la hora de juntar las imágenes", explica Barañano. Esto significa que, "si las dos cámaras están desalineadas, ya no se puede llevar a cabo".

Para evitarlo, en lugar de "coser" las imágenes con un software fotográfico, lo hizo con uno de cine. Concretamente uno de los más usados en Hollywood, y curiosamente germinado en Canarias, el programa Mistika VR. De esta manera, tan solo tiene que juntar en menos de un minuto todas las fotos que ha sacado previamente para crear un fotograma. Un fotograma al que luego podrán adentrarse los usuarios como si hubieran congelado el tiempo en el mismo instante que lo hizo Barañano.