Las entradas para asistir a la misa que el papa Francisco va a ofrecer en Ginebra el próximo 21 de junio ante 41.000 feligreses se han agotado, según confirmaron hoy las autoridades eclesiásticas de la Ciudad de Calvino, de Lausana y de Friburgo.

El 77 por ciento de las entradas las han obtenido feligreses de la Suiza francófona, 12 por ciento de devotos de las regiones alemanas y un 1 % de fieles de la zona italiana.

La misa se celebrará en un centro de congresos con capacidad para 41.000 personas.

Los que no obtengan un lugar pero quieran de todas maneras seguir la celebración lo podrán hacer por la cadena de televisión local.

La misa tendrá lugar por la tarde, y por la mañana el pontífice asistirá a la celebración del 70 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la mayor organización ecuménica del mundo.

Francisco será el tercer pontífice, después de Pablo VI en 1969 y Juan Pablo II en 1984, que visita el CMI, entidad que funciona a modo de una federación de 348 iglesias y denominaciones en 120 países y territorios.

Sus miembros representan a 560 millones de cristianos que pertenecen a la mayoría de iglesias ortodoxas, así como a numerosas anglicanas, bautistas, luteranas, metodistas y reformadas.

La Iglesia católica romana no forma parte del CMI, aunque mantiene relaciones de colaboración que se estrecharon a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965), por lo que participa como miembro de su Comisión de Orden y Fe y otras instancias.

El primer acto litúrgico del papa el 21 de junio será una misa que oficiará en la sede de la organización ecuménica ante sus miembros y representantes de la Iglesia Católica de Suiza, y allí también participará en una reunión con los directores del CMI y pronunciará un discurso.

Aunque Suiza es un país tradicionalmente protestante, la fuerte tasa de inmigración ha hecho que la proporción de católicos suba de forma constante en las últimas décadas, con cerca del 35 % de la población que se declara católica actualmente.