Un equipo de paleontólogos ha logrado extraer restos de un dinosaurio de la familia de los espinosaurios, en un yacimiento de Igea (La Rioja), en el que ayer estaba previsto que concluyera la excavación, para dar paso a un minucioso trabajo en laboratorio.

La campaña arqueológica tiene su origen, en realidad, en el hallazgo hace más de un lustro de varios huesos de dinosaurio en la superficie del terreno que ahora se excava, explicó a Efe el portavoz del equipo, Francisco Saez-Benito.

"En ese momento, lo que hicimos fue quitar esos restos de la vista y tapar el yacimiento para protegerlo", detalló Saez-Benito, quien ha añadido que, desde entonces, tienen una garra del animal, una falange y una costilla, entre otros huesos, que se conservan en el Centro de Interpretación Paleontológico de Igea.

La campaña arqueológica tiene su origen en el hallazgo de unos huesos hace 5 años

"Este verano hemos pedido permiso al Gobierno de La Rioja para excavar y, tras mucho trabajo, hemos encontrado un tesoro porque este tipo de restos es muy raro en el mundo", aseguró.

A falta del trabajo en el laboratorio, creen que se trataría de un dinosaurio de la familia de los espinosaurios, que destacaba por una gran mandíbula de 96 dientes, cráneo alargado y por tener una altura de unos tres metros.

Esta teoría les llevaría, por un lado, a determinar que fue un animal del Cretácico Inferior, es decir, de hace unos 120 millones de años; y, por otro, a que, "quizás, no era adulto" porque "en la misma zona se encontró otro más grande, que llegaba a los nueve metros de largo, y este es algo más pequeño". También se efectuará un análisis hueso a hueso sobre "si hay marcas de dientes, lo que supondría que le atacaron otros animales o que su cadáver fue alimento para carroñeros".