La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) recordó, con motivo del Día de los Abuelos, que se celebró ayer, que casi dos millones de mayores españoles viven solos y, de ellos, 368.400 son mayores de 85 años y apenas reciben una visita mensual de alguien conocido en su entorno social.

Esta situación, tal y como detalló la SEGG, se acusa más durante las vacaciones, cuando las personas mayores "se ven más aisladas, puesto que muchas ciudades se quedan desiertas, mientras que otras se llenan de desconocidos turistas que, a menudo, hablan otros idiomas diferentes".

Para paliar esta situación, desde la SEGG aseguraron que el vínculo abuelo-nieto puede "ayudar a vencer estas situaciones de aislamiento".

Según afirmó la vicepresidenta de Gerontología de la SEGG, la doctora Sacramento Pinazo Hernandis, ejercer el rol de abuelo "es una forma de sentirse socialmente integrado, incrementando el bienestar, el sentimiento de utilidad y disminuyendo el sentimiento de soledad sobre todo en momentos de pérdidas".

"La soledad no es una medida objetiva o cualitativa de la amistad o la compañía, sino un profundo sentimiento subjetivo de desconexión social o emocional o de ambas. Aunque no es lo mismo hablar de vivir solo que de sentirse solo", explicó la vicepresidenta.

En este contexto, detalló que la soledad no solo puede producir depresión y daño en la autoestima e identidad; sino que también puede producir "efectos negativos" en la salud. Entre ellos, el incremento del riesgo de padecer alzhéimer, reducción del sistema inmunitario, afección de sistema cardiovascular y, si la soledad es crónica, reducción de la esperanza de vida.