Aplicar técnicas de "pirojardinería" con especies "resistentes" al fuego y realizar cambios estructurales en las parcelas para evitar la propagación de las llamas hacia las viviendas puede ayudar a minimizar el impacto de los incendios forestales en zonas de riesgo, según proponen varios expertos.

Esta disciplina ha sido abordada por la reciente "Guía de jardinería preventiva en incendios forestales", desarrollada por la consultora Medi XXI junto al Ayuntamiento del Paso en la isla canaria de La Palma, un territorio "históricamente" víctima de grandes incendios forestales.

Lo explica a EFEverde el experto en seguridad y control de riesgo José Heriberto Lorenzo, colaborador en el manual y que señala como "riesgo latente" ante los incendios al "exceso de biomasa" tras el que muchos propietarios de la isla "se esconden en sus parcelas".

Estas "murallas de vegetación" suelen estar conformadas por especies "que arden muy bien", plantadas "por desconocimiento" y que propagan fácilmente el fuego entre las parcelas, explica la concejala de Medio Ambiente de El Paso, María del Carmen Acosta.

Es el caso de plantas como el pino, el eucalipto, el ciprés o el cedro, señaladas por la guía de jardinería preventiva entre las especies más inflamables, junto a otras como las aromáticas.

Ante ellas se puede priorizar el uso de otras "menos inflamables o combustibles", como la faya o la hiedra.

Las plantas más adecuadas, sin embargo, son las conocidas como crasuláceas, plantas carnosas o suculentas "tipo cactus" que "amortiguan y ralentizan el avance del fuego" debido a su mayor cantidad de agua, como señala el ingeniero forestal Nicolás Cruañes, integrante de la sociedad Pirosilva especializada en servicios forestales y jardinería.

Cruañes insiste en que, además de la selección de especies que ardan menos, es importante también "saber mantenerlas", por ejemplo, "minimizando el estrés hídrico" de la planta, algo que se puede lograr a través de sistemas de riego o creando zonas de sombra.

La distribución y estructura del jardín son también elementos a valorar para mantener distancias mínimas de seguridad de los árboles y arbustos con la vivienda y otros elementos que puedan hallarse en la parcela, a través de la poda.

Otros parámetros a considerar en el cultivo del jardín son el posterior crecimiento de las plantas o su interacción con los vientos dominantes en el área.

El manual publicado por el Ayuntamiento de El Paso y destinado tanto a propietarios como a profesionales de la jardinería, plantea también el posible uso otras técnicas jardineras que proponen parcelas "menos verdes", como la xerojardinería.

Esta disciplina contempla la inclusión de elementos inertes en el jardín, como la roca, los cuales permiten crear "zonas de seguridad", subraya José Heriberto Lorenzo.

Las maniobras de pirojardinería, además, pueden complementarse con otras medidas preventivas de construcción o limpieza en la parcela.

Y es que la gestión del riesgo dentro de la propiedad privada "es una pata imprescindible" de la prevención tanto a nivel individual como comunitario.

Sin embargo, "aún sigue faltando cultura del riesgo" entre la población, una realidad que se trata de abordar "poco a poco" también mediante jornadas de trabajo a escala local, según puntualiza María del Carmen Acosta.

La concejala de Medio Ambiente de El Paso reconoce que aún queda trabajo por hacer desde las grandes administraciones, tanto en materia de concienciación como a la hora de "hacer cumplir normas" y "facilitar la labor" de los particulares.

las claves

Una guía única. Una guía elaborada por el Ayuntamiento palmero de El Paso aborda la "jardinería preventiva", una disciplina para evitar incendios.

Elegir qué se planta. Los expertos que han participado en la guía explican que hay especies menos inflamables y otras que "arden muy bien" y son plantadas "por desconocimiento".

Especies más y menos inflamables. Estas dos especies, junto con el eucalipto o el ciprés, está entre las especies más combustibles. En cambio, las crasuláceas, tipo cactus, ralentizan el avance del fuego.

La estructura del jardín. La distribución y la estructura del jardín son elementos que también pueden aportar seguridad.

Más cultura de riesgo. A pesar de los avances en materia de prevención, aún queda camino por recorrer para que la población adquiera una "cultura del riesgo".