La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas) presentó ayer una nueva edición de su campaña "Que lo escuche todo el mundo", con la que sus miembros pretenden visibilizar su discapacidad, que consideran "invisible y desconocida". En un acto celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el presidente de Fiapas, José Luis Aedo, reivindicó el papel del movimiento asociativo como "punto de encuentro" para familias que se enfrentan a esta discapacidad, lo que ha servido como inspiración para el eslogan de la campaña: "La emoción que nos une".

Los asistentes han podido ver dos de los vídeos publicados en el marco de la iniciativa (disponibles en la web www.queloescuchetodoelmundo.com), en los que miembros de los colectivos adheridos a Fiapas narran lo que ha supuesto para ellos el contacto con otras familias con sus mismas "necesidades" y "preocupaciones".

Aedo invitó a varias de estas personas a compartir sus experiencias, entre ellas a María José, madre de una niña sorda de 11 años, que confesó que "nadie está preparado" para asumir que su hijo tiene una discapacidad, lo que inicialmente le causó "frustración" y "culpabilidad". Sin embargo, la necesidad de apoyo e información la llevó a fundar una asociación en Cuenca, donde vive, que ya ha cumplido una década y provee a los chavales con sordera de la provincia de "recursos" para que crezcan "como cualquier otro niño". Otro padre de niñas con discapacidad auditiva, Juan Diego, subrayó la "acogida" y "cariño" que su familia ha recibido de otra gente en su misma situación. Y ha hecho un llamamiento a "continuar ese trabajo" con el fin de construir "una sociedad más justa".