El brote de ébola que afecta desde hace algo más de dos meses al noreste de la República Democrática del Congo (RDC) suma ya hoy 167 casos, de los cuales 135 son positivos de laboratorio y otros 32 figuran como "probables" porque no se pudieron obtener muestras para analizar, según fuentes sanitarias.

En total, los fallecidos por esta epidemia ascienden a 106 (74 de ellos son contagios confirmados en laboratorio), mientras que otras 48 personas han conseguido curarse de la enfermedad.

Además, las autoridades congoleñas estudian otros 13 casos sospechosos, según el último informe de situación difundido por el Ministerio de Sanidad de la RDC, con datos actualizados hasta el 5 de octubre.

Aunque el aumento de casos y muertes es lento, la respuesta al brote sigue siendo un desafío debido a lo peligroso de la enfermedad, al contexto de inseguridad -es un área en conflicto donde actúan decenas de grupos armados- y al rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento.

Unas 14.300 personas han sido ya vacunadas desde que comenzara la campaña con un tratamiento experimental el pasado 8 de agosto.

Este es el segundo brote declarado en 2018 en la RDC y es ya el más grave de la última década en ese país

Su aparición se confirmó tan solo ocho días después de que el ministro de Sanidad, Oly Ilunga, proclamase el fin de la epidemia anterior, localizada en la provincia de Ecuador (noroeste).

El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, transmite fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.