Animar a las víctimas de maltrato a que denuncien no es la solución a la violencia de género, debe ser una opción, y la protección debe ir más allá de la denuncia, para lo que es necesario detectar la violencia en el sistema sanitario y social antes de que la mujer se encuentre en un punto crítico.

Así lo ha señalado María José Bueno, responsable del área de violencia de género de la Federación de Mujeres Progresistas, quien ha recordado que la denuncia es la vía actual para poner en marcha el sistema de protección.

Esta psicóloga ha considerado que no hay que insistir a las mujeres para que denuncien, porque los estudios constatan que entre el 75 y el 80 % quiere solucionar el problema de otra manera, por lo que "está claro que el sistema de protección tiene que extenderse".

La mayoría de las mujeres maltratadas no están dispuestas a denunciar y pasar por todo el proceso, "porque estamos hablando de una relación afectiva, del hombre que es el padre de sus hijos o el que han elegido para compartir su vida y, además, saben que el sistema no siempre funciona".

Por ello, según Bueno, "la solución para la protección tiene que tener una mirada más amplia y empezar a detectar las situaciones antes de que estén ya en el punto extremo, a través del sistema sanitario o el sistema social, y poder ir poniendo las soluciones que las mujeres quieren".

De este modo, la mujer podría ir desvinculándose de la relación de pareja y tener como una opción la denuncia, pero contar también con otra protección. "Ese es el reto que nos queda".

Respecto a por qué en muchas ocasiones la valoración del riesgo (no apreciado, bajo, medio, alto o extremo) no se corresponde con la realidad, Bueno ha precisado que los informes los realizan personas que forman parte de una sociedad con muchos estereotipos.

Y aunque hay "instrumentos", "al final los aplican las personas y nos encontramos con situaciones de valoración del riesgo grave por parte de la policía que luego en sede judicial no se tienen en cuenta".

En otras ocasiones, "la valoración policial del riesgo es baja, cuando otros profesionales que estamos trabajando con las víctimas detectamos que es alto, y puede ser por múltiples factores, como la escasa formación de los agentes o la propia declaración de la mujer", ha señalado.

"Al final, las valoraciones están basadas sobre preguntas que se les hacen a las denunciantes, y éstas, a veces, minimizan lo que ocurre". En consecuencia, a las víctimas "no se les da una respuesta adecuada al riesgo real".

A ello hay que sumar, según la psicóloga, que, dependiendo de la valoración del riesgo que se haga, hay que fijar unas medidas de protección que son costosas.

En la mayor parte de los casos incluidos en el Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género (Viogén), del Ministerio del Interior, la valoración del riesgo es muy bajo.

"No podemos permitir que una mujer que denuncia no se le proteja. En vez de disminuir el riesgo, lo estamos aumentado", se lamenta.

La psicóloga ha incidido en que aún se responsabiliza a la víctima, lo que hace que "las mujeres tienen más daño de la respuesta institucional que de la propia violencia".

En la falta de recursos ha puesto el acento Rocío Gómez Hermoso, psicóloga forense en los juzgados de vigilancia penitenciaria, que ha indicado que no hay psicólogos forenses en los juzgados de guardia, donde los informes son médicos.

Así, ha apuntado que no se realizan valoraciones en todos los juzgados de forma urgente y eso conlleva no hacer un trabajo específico sobre el riesgo del presunto agresor.

Si la denuncia se interpone en la comisaría, la valoración la hacen los propios policías, "pero no tiene la especificidad de la psicología forense", ha señalado.

La consecuencia es que los jueces "muchas veces" no disponen de los informes adecuados para adoptar medidas de protección.

A su juicio, habría que evaluar tanto la estabilidad psicológica de la denunciante como de la persona imputada. "Si no hay asunción de autoría porque el presunto agresor no considera que haya hecho nada y asegura que todo es mentira, aumenta el grado de peligrosidad".