Octubre se despide con una víctima mortal por el temporal de lluvias que ha afectado en las últimas horas a las provincias de Málaga y Granada y da paso a un puente de Todos los Santos que se caracterizará por una mayor estabilidad en casi toda España.

Las fuertes precipitaciones que se registraron anteayer en Málaga, donde se recogieron más de 70 litros por metro cuadrado en una hora, provocaron la crecida del río Seco en la localidad de Vélez-Málaga, donde las aguas arrastraron a una mujer de 50 años cuando pretendía cruzar su cauce.

El cuerpo sin vida de la mujer, que iba acompañada de un hombre que alertó a los servicios de emergencia, fue localizado después a unos dos kilómetros del lugar donde fue arrastrado por la corriente.

Las lluvias también han causado problemas en Granada, donde la caída de un árbol sobre la calzada ha dificultado la circulación en la capital y se ha derrumbado parcialmente la pared de una vivienda del barrio del Albaicín, con un herido leve.

Y en Baleares, el Servicio de Emergencias 112 ha gestionado 55 incidentes relacionados con las lluvias y el viento, la mayoría de ellos por árboles caídos, además de desprendimientos de elementos urbanos e inundaciones en la calzada.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantenía ayer la alerta naranja (riesgo importante) en las provincias de Málaga y Cádiz, donde se podían recoger hasta 30 litros por metro cuadrado en una hora. También había avisos amarillos (riesgo) en las cuatro provincias catalanas, el archipiélago balear, Navarra y Guipúzcoa, por precipitaciones acumuladas de hasta 20 litros por metro cuadrado en una hora y de 60 a 80 litros en doce horas, y en Ceuta, donde se podían recoger hasta 45.

Protección Civil mantiene para hoy sus recomendaciones en carretera, donde advierte del peligro de detenerse en zonas donde discurra mucha agua y aconseja no atravesar tramos inundados y alejarse de ríos, torrentes y zonas bajas de laderas.

El Ayuntamiento de Barcelona activó ayer el Plan Básico de Emergencia Municipal, que prohíbe acceder a los espigones y bañarse en las playas de la ciudad ante la previsión de olas de más de 2,5 metros de altura.