Las dos activistas de Femen que se encadenaron con el torso desnudo en junio de 2014 en el altar de la catedral de la Almudena de Madrid aseguraron ayer que respetaron los objetos sagrados y que no pretendían ofender los sentimientos religiosos, solo "crear un debate social" sobre el aborto.

En el juicio, manifestaron que "no se encadenaron a la cruz" del altar mayor, "sino a los barrotes" que la soportan, un aspecto clave a la hora de determinar si profanaron un elemento sagrado. La Fiscalía ha mantenido su petición de nueve meses de prisión, que la acusación popular la ha elevado hasta los dos años frente a la libre absolución que pide la defensa.