Una investigación realizada en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington y en la Universidad de California, ambas en Estados Unidos, ha revelado que las imágenes por resonancia magnética pueden ser una vía prometedora para predecir la demencia en personas mayores. De hecho, un pequeño estudio predijo con un 89% de precisión quién desarrollaría demencia en tres años.

Los hallazgos, que se presentan este domingo en la reunión de la Sociedad Radiológica de América del Norte en Chicago, sugieren que los médicos podrían algún día usar estas pruebas ampliamente disponibles para informar a las personas sobre su riesgo de desarrollar demencia antes de que aparezcan los síntomas.

"En este momento es difícil decir si es probable que una persona mayor con cognición normal o con deterioro cognitivo leve termine desarrollando demencia --explica el autor principal, Cyrus A. Raji, profesor asistente de radiología en el Mallinckrodt Institute of Radiology de la Universidad de Washington--. Demostramos que una sola resonancia magnética puede predecir la demencia una media de 2,6 años antes de que la pérdida de memoria sea detectable clínicamente, lo que podría ayudar a los médicos a asesorar y atender a sus pacientes".

Los neurólogos pueden obtener una estimación aproximada del riesgo de demencia de la enfermedad de Alzheimer en un paciente utilizando el cuestionario ''Mini-Mental State Examination'', o analizando la presencia del gen ApoE, que aumenta hasta 12 veces el riesgo de Alzheimer de una persona. Ambas pruebas consiguieron aproximadamente entre un 70 y un 80 por ciento de precisión. Otras evaluaciones, como las tomografías PET para detectar placas de proteínas de Alzheimer en el cerebro, son buenas para detectar signos tempranos de la enfermedad de Alzheimer, pero no están disponibles para todos los pacientes.

Sin embargo, las exploraciones cerebrales por resonancia magnética están ampliamente disponibles y permiten a los médicos vislumbrar lo que sucede dentro del cerebro de una persona. Raji y sus colegas de la Facultad de Medicina, entre ellos Tammie Benzinger, profesora de radiología; Parinaz Massoumzadeh y Adedamola Adedokun, y el radiólogo Pratik Mukherjee, de la Universidad de California en San Francisco, analizaron imágenes de resonancia magnética para detectar signos físicos de deterioro cognitivo inminente.

Utilizaron una técnica llamada imágenes de tensor de difusión para evaluar la salud de la sustancia blanca del cerebro, que abarca los ''cables'' que permiten que diferentes partes del cerebro se comuniquen entre sí.

"La imagen del tensor de difusión es una forma de medir el movimiento de las moléculas de agua a lo largo de los tractos de la materia blanca --explica Raji--. Si las moléculas de agua no se mueven normalmente sugiere un daño subyacente a los tractos blancos que pueden indicar problemas de cognición".

Utilizando la información de la Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer, una colaboración multisitio que reúne datos, fondos y experiencia para mejorar los ensayos clínicos para la enfermedad de Alzheimer, Raji y sus colegas identificaron a 10 personas cuyas habilidades cognitivas disminuyeron durante un período de dos años y las compararon por edad y sexo con 10 personas cuyas habilidades de pensamiento se mantuvieron estables. La edad promedio de las personas en ambos grupos era de 73 años. Después, los investigadores analizaron las imágenes de resonancia magnética con tensor de difusión tomadas justo antes del período de dos años para las 20 personas.

Los investigadores descubrieron que las personas que experimentaron un deterioro cognitivo tenían signos significativamente más graves de daño en su materia blanca. Los investigadores repitieron su análisis en una muestra separada de 61 personas, utilizando una medida más refinada de la integridad de la materia blanca. Con este nuevo análisis, pudieron predecir el deterioro cognitivo con una precisión del 89 por ciento cuando observaban todo el cerebro. Cuando los investigadores se enfocaron en partes específicas del cerebro con mayor probabilidad de mostrar daño, la precisión aumentó a 95 por ciento.

"Podríamos decir que los individuos que desarrollaron demencia tienen estas diferencias en la resonancia magnética de difusión, en comparación con las exploraciones de personas cognitivamente normales cuya memoria y habilidades de pensamiento permanecieron intactas --añade Raji--. Lo que necesitamos ahora, antes de que podamos llevarlo a la clínica, es obtener más sujetos de control y desarrollar herramientas computarizadas que puedan comparar de manera más confiable las exploraciones de pacientes individuales a un estándar normal de referencia. Con eso, los médicos pronto podrán informar a los pacientes si es probable que desarrollen Alzheimer en los años siguientes".

Aunque todavía no hay medicamentos disponibles para prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer, identificar a quienes tienen un alto riesgo de desarrollar demencia en los años siguientes podría ser beneficioso, puntualizan los investigadores, ya que podrían tomar decisiones sobre sus vidas mientras todavía tienen el control total de sus facultades.