La aparición de un nuevo foco de casos de ébola en la zona de Komanda, en la región congoleña de Kivu Norte, ha añadido un obstáculo adicional a la lucha contra la que ya es la epidemia más grave de esta enfermedad que ha vivido nunca el país africano y la segunda con más víctimas en todo el mundo, al sumar ya al menos 268 fallecidos.

El último boletín del Ministerio de Sanidad congoleño ha confirmado 453 casos como consecuencia del brote, que tiene como epicentro Kivu Norte pero que también se ha extendido a la vecina provincia de Ituri. Unas 40.000 personas han sido vacunadas desde que comenzó la campaña a principios de agosto, pero los contagios no están aún controlados.

El Gobierno de República Democrática del Congo ha confirmado un nuevo foco en un pueblo del área de Komanda, a una hora y media aproximadamente de la ciudad de Beni, de donde procedería el contagio. Las autoridades han enviado un equipo de vacunación a la zona para tratar de inmunizar a los posibles contactos del paciente.

Médicos Sin Fronteras (MSF) también ha expresado su preocupación por la situación en la zona metropolitana de Butembo, donde están aumentando rápidamente los casos en los suburbios del este y en varios distritos aislados. "No sabemos lo que durará el brote y tenemos que incrementar nuestros esfuerzos para controlarlo", ha defendido el coordinador de la ONG en Butembo, John Johnson, en un comunicado.

"Queremos alentar a la gente para que venga y reciba tratamiento cuanto antes. También trasladamos el mensaje de que recuperarse del ébola es posible", ha añadido, en alusión a una iniciativa en la que los supervivientes regresan al centro para contar su propia historia y participar, como inmunes, en tareas de contacto con pacientes como el cuidado de niños aislados.

MSF ha destacado que, pese a todo, hay motivos para la esperanza. En Mangina, donde comenzó la epidemia, no se detectan nuevos casos desde hace varias semanas y la coordinadora de la organización para la respuesta a la enfermedad, Axelle Ronsse, confía en poder terminar "en poco tiempo" las actividades en el centro de tratamiento.