Los delegados de los 190 países representados en la Conferencia contra el Cambio Climático de Katowice, en Polonia, han superado ya el ecuador de la cita y apuran ya los últimos días hasta el 14 de diciembre par lograr un pacto sobre cómo lograr mediante medidas concretas los objetivos recogidos en el Acuerdo de París de 2015.

Las negociaciones parecen estancadas en el punto sobre cómo repartir el coste que generará la lucha contra el calentamiento global y reducir al mínimo un texto cada vez más inabarcable. Los delegados forjan así un texto manejable para que este lunes comiencen las negociaciones a nivel ministerial.

"Aún tenemos mucho que hacer. Es muy técnico, muy complejo, muy difícil", ha explicado el presidente de la conferencia, Michal Kurtyka. Uno de los delegados ha apuntado que "estamos en el periodo inicial, así que todo el mundo está enseñando músculo. Aún no es el momento de hacer concesiones".

Otras fuentes han apuntado a que hay problemas para dar garantías creíbles a los países en vía de desarrollo de que los países ricos vayan realmente a pagar los fondos para financiar las medidas planteadas. "Estamos negociando las normas para poner normas: normas de acción tales como la reducción de emisiones a cambio de normas sobre la predecibilidad de la ayuda económica a los países en vías de desarrollo", ha explicado Mohamed Adow, representante de Ayuda Cristiana.

Adow ha explicado que aún hay unos 800 corchetes en el texto que equivalen a puntos de desencuentro, aunque ha destacado que son muchos menos que los casi 3.000 que había antes de comenzar los contactos de Katowice, a principios de esta semana.

También son un escollo los recelos a compartir información entre países. "Hay muchas discrepancias sobre cómo compartir la información con otros países", ha apuntado otro delegado en declaraciones bajo condición de anonimato. También genera conflictos la territorialidad, como la contabilización de la Crimea ucraniana anexionada por Rusia o los Territorios Palestinos bajo ocupación israelí. MANIFESTACIÓN POR EL COMPROMISO

Mientras los delegados trabajaban, fuera miles de activistas --3.000 según la Policía-- se han manifestado para exigir medidas para mantener en 1,5 grados el incremento de la temperatura conforme a lo pactado en París.

El logotipo de la protesta es un reloj despertador que busca concienciar a los dirigentes mundiales de la necesidad de tomar medidas urgentes. "El mensaje para los políticos y empresas es que deben dejar de ganar dinero a nuestra costa, a costa de nuestra salud", ha pauntado un manifestante identificado como Jeremi.

"No deben pensar solamente en los diez próximos años, sino que deben pensar en la posibilidad de vivir en nuestro planeta durante mucho más tiempo", ha añadido.

Además, los convocantes han destacado que las manifestaciones en Francia protagonizadas por los "chalecos amarillos" son a favor de una mayor justicia social aunque el detonante sea la subida de los impuestos al combustible.

La polémica también ha surgido a raíz de la intervención de la Policía polaca para impedir la entrada de activistas ecologistas en la frontera, según denuncian varias ONG. "Me han parado en el control de pasaportes del Aeropuerto Internacional de Katowice", ha denunciado Nugzar Kojreidza representante de una organización ecologista de Georgia.

La organización ecologista 350.org asegura que el motivo formal de las retenciones en frontera era por ser "una amenaza para la seguridad nacional, lo cual es ridículo".

La Guardia de Fronteras polaca ha informado de que ha vetado la entrada al país a 161 personas durante la jornada del viernes. Los motivos van desde la falta de la documentación necesaria o por la inclusión del individuo en los listados de seguridad.

El presidente de la conferencia, Michal Kurtyka, ha asegurado que está ya investigando las informaciones sobre la prohibición de entrada a estas personas. Kurtyka es además viceminsitro de Medio Ambiente.