El 42% de las embarazadas consume alcohol, aunque sea un consumo "social" de una copa de vino a la semana, cuando la única dosis segura durante el embarazo es cero, según advierte un estudio elaborado por BCNatal, el Centro de Medicina Materno-Fetal de los hospitales Sant Joan de Déu y Clínic. Los resultados del estudio, que publica la revista "Alcohol", han llevado a los investigadores a pedir que se impulsen campañas de sensibilización como las que se llevan a cabo con el tabaco porque cualquier consumo de alcohol puede incidir negativamente en el crecimiento del bebé y afectar a su neurodesarrollo.

El estudio, financiado por "la Caixa", contrastó las manifestaciones de mujeres embarazadas en los cuestionarios médicos con los resultados del análisis de su cabello y descubrió un consumo de alcohol en el 42 % de los embarazos, pese a que la mayoría de mujeres afirmaron que no consumían. Los autores del trabajo han constatado que muchas mujeres creen que ingerir pequeñas cantidades de alcohol -como una copa de vino a la semana- no es nocivo para el feto, o no perciben como alcohólicas bebidas que sí contienen niveles de alcohol nocivos para los recién nacidos.

Según el estudio, sólo entre el 2 y el 3 % de las embarazadas es consciente de que consume algo de alcohol cuando los profesionales se lo preguntan a través de cuestionarios estandarizados.

El estudio incluyó a 153 mujeres que tuvieron a sus hijos en BCNatal (Hospital Sant Joan de Déu y Hospital Clínic de Barcelona).

Tras dar a luz, los profesionales les preguntaron sobre el consumo de tabaco y alcohol durante su embarazo y les tomaron una muestra de cabello de 9 centímetros (un centímetro corresponde a un mes), para detectar la presencia de marcadores del consumo de tabaco o alcohol durante el embarazo (nicotina y etilglucurónido, respectivamente).

Los cabellos fueron analizados en un laboratorio de referencia (National Centre on Addiction and Doping, Roma), especializado en el estudio de biomarcadores de alcohol en cabello, que revela tres niveles: abstinencia, consumo social -como máximo, una copa de vino a la semana- y excesivo crónico. Hasta el 42 % de las embarazadas registró valores de alcohol en cabello como consumo social. Según los autores del trabajo, los datos ilustran que existe una discrepancia importante entre la percepción de muchas mujeres y la realidad sobre el consumo de alcohol durante el embarazo.