Asegura que parte con ventaja, ya que nunca se pone barreras porque ya le vienen implícitas en su apellido. Ramón Barrera es ante todo, docente, aunque también cuenta con una licenciatura en Derecho, es experto en Coaching, especialista universitario en Marketing y Postgrado en Diseño y Dirección de Proyectos. Con su lema, "Deshazte de todo aquello que no sea útil, bonito o divertido", de bandera ha recorrido toda España impartiendo charlas donde aboga por un cambio en una educación que, en muchas cosas, no se ha subido al carro del cambio tecnológico y social al que sí se han adaptado otros sectores de la sociedad. Barrera impartirá el mañana miércoles una charla abierta al público, que se celebrará en la Fundación CajaCanarias a las 18:00 horas, en la que destacará los principales aspectos de lo que él mismo ha acuñado como "Sorprendizaje".

Con todos los cambios tecnológicos y sociales que hemos vividos en las últimas tres décadas, ¿por qué le cuesta a la educación subirse al carro?

La educación se ha quedado descompasada. Los cambios hoy son muy ágiles, más rápidos y, efectivamente, la educación tiene que dar respuesta a esas inquietudes, necesidades y expectativas que se han creado. Aprender siempre es cambiar, y cuando realmente aprendemos es porque cambiamos, pero si no atendemos a los cambios, la educación no podrá dar respuestas a lo que se demanda y exige. No obstante, y aunque hay clases muy similares a las que se hacían en el siglo pasado, también hay proyectos docentes y colegios llevando a cabo proyectos maravillosos.

¿Son los docentes una de las partes más estancadas en este cambio?

Lo que nos pasa a los docentes es que, en muchas ocasiones, tenemos diferencias generacionales y nuestra manera de haber aprendido no responde a las nuevas maneras de aprender. Esto provoca una distorsión importante y cierto conflicto metodológico, pero al final tienes que enseñar y trabajar para el aprendizaje del futuro. Me gusta ser positivo y veo docentes con mucha inquietud y el anhelo por sacar lo mejor de los chicos. Lo que pasa es que, efectivamente, hay muchos docentes a los que este cambio los ha cogido muy verdes y, en muchas ocasiones, desde su inseguridad dudan de las nuevas metodologías o son muy reacios a innovar.

Al final los chicos van a aprender igualmente por internet...

El aprendizaje se produce en muchos espacios, no solo en el aula. El aprendizaje está en tu casa, en las calles, en el patio, en la vida? aprender es constante. Hoy hay muchas posibilidades que han enriquecido el proceso de aprendizaje, y que no existían en la generación anterior que requería que alguien te contara las cosas. Por eso, los docentes tienen que entender que ya no son los poseedores del saber, sino que su trabajo consiste en estimular a otros para quieran aprender.

Supongo que esto último está relacionado con el término "sorprendizaje".

Sí. Yo me inventé esta palabra porque creo que para aprender te tienen que sorprender. El término se compone de cuatro verbos: aprender, comprender, emprender y sorprender. Me gusta mucho que las cosas nos sorprendan porque eso también supone un reto importante para los docentes. Al final, muchas cosas ya las hemos visto, lo que merma nuestra capacidad de sorprendernos en la vida y consecuentemente, nos cuesta estar atentos. Por eso, la sorpresa y la curiosidad son el motor para aprender.

Muchos profesores aquejan justamente eso, los estudiantes no se sorprenden de nada.

Sí, les cuesta. Por eso, los docentes deben valorar la importancia de la atención. Yo reivindico las metodologías clásicas, pero aquellas en las que los docentes sean capaces de hacer cosas distintas. A veces les decimos a los alumnos que no copien, y yo, por otro lado, les suelo recomendar que hagan todo lo contrario. Hay cosas buenas que pueden servir como fuente de inspiración maravillosa y los docentes también tenemos que copiar y llevárnoslo al aula.

Se trata de tener curiosidad por todo, ¿no?

Sí, tener curiosidad al mirar el mundo, lo que está pasando y lo que está ocurriendo. El docente tiene que seguir aprendiendo e ir probando cosas nuevas, porque si lo hace, también será un ejemplo para los alumnos.

¿Los cambios de mentalidad que propone son compatibles con el actual sistema educativo?

Al sistema educativo español le faltan muchas cosas para poder dar respuesta a las demandas de la sociedad actual. En el sistema educativo hay una cosa que me sigue pareciendo difícil y, sobre todo, me entristece, que es que siga dependiendo demasiado de la política. La educación debería trascender de esos aspectos, porque, junto a la salud, es el motor de la sociedad. Además, la educación también es una comunidad educativa que no solo engloba a los políticos, sino también a docentes, sociedad y familias. Concretamente, las familias se tienen que implicar más en este proceso educativo, porque no se trata de solo elegir colegio y llevarlo, se trata de una implicación mayor en ese proceso porque más apasionante que va a vivir su hijo.

Pienso en esas clases abarrotadas con 30 o 40 niños que se convirtieron en una constante durante la crisis, ¿es viable para un buen aprendizaje?

Yo desde luego no lo veo así. Hay fórmulas mucho más interesantes que la clásica clase abarrotada. Se pueden hacer cosas mucho mejores con ratios más bajas o con fórmulas más novedosas, como integrar varios profesores en la misma aula. Las clases de 30 o 40 alumnos no me parecen ni prácticas ni positivas ni útiles, porque en ellas es muy difícil individualizar el aprendizaje. Es una cuestión de recursos, unos recursos que son imprescindibles para que la educación avance.

Replantear las Ampas

Para Ramón Barrera, el movimiento asociativo de padres y madres, las conocidas como Ampas, deben "replantearse y reformularse". Según el docente, en ocasiones, estas organizaciones pueden resultar "costosas" y poco útiles, ya que la gente "siente que no puede aportar mucho". En este sentido, el experto aboga por establecer "una programación más integrada con las familias", para que ellas también puedan estar presentes en el aula y se sientan "más protagonistas".

Inquietud por los móviles

Barrera destaca su inquietud porque "haya niños tan pequeños enganchados al móvil". "Es peligroso y me parece difícil de afrontar", admite el docente, que a su vez insiste en que esta tecnología se puede introducir en el aula, pero a partir de una edad determinada y con una tutorización adecuada. "Las cosas no son buenas o malas por sí mismas, son en función del uso que se le da", recalca Barrera. El docente asegura que hay muchas aplicaciones que se pueden usar en el aula siempre que se acompañen de una tutorización sobre sus usos. "Esto ha venido para quedarse y hay que saber aplicarse", insiste.