El vuelco demográfico "sin precedentes en la historia de la humanidad", con el aumento exponencial de la esperanza de vida en el último siglo, está cambiando la forma de envejecer y en los próximos años se verán "auténticas revoluciones en el perfil de la vejez". Vivir muchos más años y con una mayor calidad de vida desde el nacimiento está cambiando la manera de envejecer y propicia una nueva vejez "muy revolucionaria" en la que los mayores tendrán más contribución familiar, relacional y social.

"Vamos a ver en los próximos años gente mayor con un impulso, una actividad, una contribución -en lo micro, a sus propias familias y a sus relaciones, pero también a nivel social- que todavía no sospechamos", explicó ayer el investigador del CSIC, Julio Pérez.

Las próximas generaciones de personas mayores estarán compuestas por titulados universitarios, con un buen nivel socioeconómico y con buena salud, debido a una calidad de vida elevada desde su nacimiento, algo insólito hasta la fecha.

"Desde los años 80 hemos descubierto que la esperanza de vida ya no solo se consigue eliminando defunciones precoces, (...) ahora se evita la muerte de gente de edad avanzada y esto es nuevo y tiene que ver con que hemos mejorado mucho en términos médicos, sanitarios, de planificación de servicios, pero también con que están llegando generaciones que ya de partida venían mucho mejor". Así se manifestó el investigador del CSIC ayer en la presentación en Madrid del monográfico "Envejecimiento de la población, familia y calidad de vida en la vejez", de la revista "Panorama Social" de Funcas.

En 1900, la esperanza de vida al nacer en España era de 34 años, hoy se sitúa en 83, un "cataclismo" en términos históricos al que se ha llegado gracias a que se invierte más "tiempo, esfuerzo y dinero" en el cuidado de los hijos: "El gran cambio es que se ha dejado de explotar a los niños", ha explicado Pérez. El cuidado de los hijos no solo ha aumentado la esperanza de vida, sino que ha tenido un impacto directo en el descenso del número de hijos por familia.

El envejecimiento, que es la combinación del aumento de la esperanza de vida y la caída de la fecundidad, es un "extraordinario logro social sin precedente que deberíamos celebrar", indicó la profesora de Sociología de la UNED Elisa Chuliá. Y ese envejecimiento sistémico está cambiando, ha dicho el investigador del CSIC, las familias, las relaciones de género y las relaciones entre generaciones. También la medicina, la dependencia y los cuidados.

Pérez recordó que la mujer, "con esta nueva eficacia reproductiva", "ya no está atada a la función reproductiva como lo ha estado en toda la historia humana".

"Es una muy buena noticia, porque eso ha liberado mano de obra en el mercado laboral en una cantidad muy notable. A veces se piensa que el cambio demográfico es un problema para el mercado laboral y va a provocar falta mano de obra, pero hasta ahora ha sido todo lo contrario", destacó la socióloga Chuliá.