Luis José López Abellán (Murcia, 1954) dirige desde hace casi cuatro años (los cumple en julio) el centro en Canarias del Instituto Español de Oceanografía (IEO), al que accedió en 1981. Afable, educado y tranquilo, no por ello deja de ser firme en sus planteamientos y vuelve a hablar claro, como ya hiciera en abril del año pasado, para alzar la voz contra los recortes presupuestarios en ciencia. Al respecto, sentencia: "La política los trajo y la política debe eliminarlos, pero en países más civilizados no se ha hecho, ni se hace ni se hará". En su despacho del edificio ubicado en la Dársena Pesquera, camino del pueblo marinero de San Andrés, dentro del municipio de Santa Cruz, recibió a EL DÍA.

Falta de recursos para la investigación. En abril de 2018 hablaba de "situación trágica" y lanzaba un SOS. ¿Ha mejorado el panorama en la actualidad?

No nos dejaron gastar nuestro presupuesto y ahora ha habido una pequeña modificación en positivo. En mi opinión la burocracia es excesiva, con una doble intervención, a la hora de justificar, por ejemplo, el dinero que llega para proyectos desde la Unión Europea. La tramitación tendría que ser más ágil con el esfuerzo centrado en la investigación y no tanto en lo administrativo. Terminan los ejercicios y no ejecutamos el presupuesto. La ciencia es algo vivo, que se adapta, pero en paralelo precisa de un apoyo administrativo potente. La intervención previa me parece una buena medida de control del dinero, pero hay que buscar otras soluciones porque no es de sentido común tener una doble fiscalización, la externa, que ya viene incluida, y otra interna. La política instauró esa medida, como otros recortes, y la política debe eliminarla.

¿Muchos recortes presupuestarios en los últimos años?

Sí, sobre todo de personal. Se ha jubilado mucha gente y no se han recuperado las plantillas en cuanto a efectivos. En este sentido, hay visos de que en este 2019 salgan nuevas ofertas de empleo público para incorporar trabajadores a los centros. En nuestro caso hay sobre un 25% de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) sin cubrir y tengo esperanzas de que sea posible este año.

I+D+i. ¿Mucho marketing y pocas realidades?

Los países más avanzados, caso de Alemania, cuando llegó la crisis no recortaron en investigación. No se toca porque supone progreso. La ciencia también tiene ideología. Por ejemplo cuando se invierte en armamento o se busca por encima de todo el dinero, el beneficio rápido. Los tiempos en ciencia son más lentos y el objetivo debe ser el desarrollo y el bienestar comunes. I+D+i, claramente sí, esa es la apuesta, pero no tanto en una vida tan rápida donde te encandilen con la bisutería y se obvie lo verdaderamente importante. La ciencia es más una maratón.

¿Cómo y cuándo se pasa de becarios a científicos?

Becarios hay en todos sitios. Colaboramos con las universidades y otros institutos de investigación. Sin contrapartida económica, lo que ofrecemos son las instalaciones. Se trata más de alumnos en prácticas y, de vez en cuando, becados. El mundo anglosajón ha resuelto mucho mejor esta figura, con menos trabas burocráticas. Quienes hagan esas prácticas aquí no tienen luego opciones de entrar a trabajar en el instituto. La vía para ello es facilitar currículos y entrar en nuestra página web para ver la oferta de contratos. Además de las bolsas de empleo público para investigar que puedan salir.

¿Cuáles son los procesos más destacados de investigación en el centro? ¿Tal vez la cría de los pulpos para consumo humano?

Estamos cerca de cerrar el ciclo integral del pulpo, a través de un proyecto conjunto con el centro de Vigo. Eduardo Almansa es el científico que ha encabezado el equipo de investigación aquí y la siguiente fase se está desarrollando más en Galicia. Es el momento de interesar a las empresas privadas para la comercialización de cara al consumo humano en la cadena de la alimentación, que es el gran objetivo final. Pero ha habido también, hay que reconocerlo, cierta lucha de egos a superar por lo colectivo.

¿Cómo marcha el desarrollo de las reservas marinas de Anaga y Teno?

Nosotros estamos para asesorar en que lo que se nos solicite. En breve tendremos una reunión de todas las partes para analizar de manera integral y global la gestión de estas áreas. Es clave definir el marco jurídico y la participación de todos. Administraciones, agentes sociales y los científicos expertos en este asunto, como órgano asesor, insisto. Hay que escuchar mucho, incluido también, por supuesto, al sector pesquero.

¿Problemas en la convivencia de pesca deportiva y profesional?

Nos reunimos periódicamente con todas las partes implicadas. Profesionales, deportivos, submarinistas... Tenemos la responsabilidad en cuanto a número de capturas o tallas de los peces y ahí el control a los profesionales es estricto. En la pesca deportiva resulta más complicado. Hay que hacer un diagnóstico para saber qué se pesca y cuánto porque el porcentaje de capturas es importantísimo. Y luego regularlo. No prohibir por prohibir sino conocer en profundidad qué y cómo se extrae de nuestro mar para actuar si es preciso. Con todos procuramos tener las mejores relaciones. Y, sobre todo, dialogar mucho y en profundidad".

¿Y el furtivismo?

Esta es una cuestión de legalidad y de control policial. Una isla como esta con toda la costa que tiene resulta un escenario complicado para llegar a controlar todo. La información es clave para luego poder tener resultados.

¿En qué momento se encuentra la acuicultura en Canarias?

En el plano comercial resulta indispensable movernos en términos de rentabilidad. Y estamos ahora mismo en ello: a la busca de nuevos caminos. Además de las ya clásicas lubinas o doradas ahora nos encontramos en pleno proceso con los medregales. Hay especies de crecimiento muy rápido como estas y otras no, caso de los meros, por ejemplo. El objetivo final es la alimentación humana y no estamos tan mal, la investigación avanza.

¿Cuál es el futuro de centros como este? Hay que recordar que son nueve en todo el estado.

Entré en el IEO, y concretamente en este centro, en 1981 y hemos evolucionado mucho. Desde el seguimiento inicial a las pesquerías o el querer ser portaaviones hacia África. La entrada en la UE supuso un cambio fundamental y ahora se mira mucho menos al continente vecino. Las líneas de investigación se ha potenciado y ahora el enfoque va más hacia los recursos renovables que es mi formación académica. Los retos son más ambiciosos y transversales cada día. De las pesquerías a la diversificación, resumiría. La evolución es muy rápida y ahora se tienen en cuenta cuestiones como el impacto y los efectos de la pesca en el ecosistema, la climatología o la preservación de los recursos. Todo está ahora relacionado desde una perspectiva multidisciplinar.

¿Cuáles son las grandes líneas de trabajo en el IEO?

Básicamente, cuatro. En primer lugar, Recursos Vivos Marinos y Pesquerías con un ámbito geográfico que abarca el Archipiélago; los caladeros del África Occidental, el Océano Austral y las aguas internacionales del Atlántico, Índico y Pacífico. En segundo término, el Medio Marino desde la perspectiva Oceanográfica, Vulcanológica -la erupción del volcán submarino de El Hierro en octubre de 2011 supuso un antes y un después- y de Cambio Global. La tercera "pata" sería la Protección Ambiental de las aguas del Archipiélago tanto bajo jurisdicción nacional cono fuera de ella. Por último, el cuarto pilar: la Acuicultura Marina de especies de aguas templadas susceptibles de cultivo con especial énfasis en las presentes en Canarias.

¿Este centro es todavía un gran desconocido para la opinión pública?

Creo que en este ámbito, el de la comunicación y la apertura a a la sociedad, debemos mejorar y estamos en ello. Es cierto que la visita a la planta de escolares de determinadas edades resulta difícil por el estrés al que estarían sometidos los animales. Pero mantenemos una intensa jornada de puertas abiertas a nuestras instalaciones para despertar las posibles vocaciones científicas. Ahora estamos en el proceso de potenciar visitas guiadas con un sentido museístico a través de la Factoría Puerto-Ciudad. Poco a poco vamos a mostrarle a la gente lo que tenemos y lo que hacemos aquí dentro. Aunque también digo que si nos dedicáramos solo a eso no tendríamos tiempo para trabajar. Y la nuestra es una labor que requiere tiempo y mucha tranquilidad para obtener buenos resultados.

Murcia, Madrid y Tenerife

La amabilidad y el temple de Luis José López Abellán ("así, separado, aunque hasta yo escribo mi apellido con guión, tal y como aparecía en las crónicas de la época desde el principio") parecen consustanciales a su personalidad. Pero puede que tenga algo que ver la experiencia acumulada y estar " de vuelta", con la jubilación a la vuelta de la esquina, en apenas unos meses. En su biografía no podía faltar la alusión al baloncesto, su gran pasión y a un equipo, el Real Club Náutico de Tenerife, al que dedicó sus mejores años como profesional. O casi porque, en paralelo, cursó en la isla la carrera de Biología y encontró trabajo en el Oceanográfico. Entre recuerdos a sus compañeros "de quinta", sobre todo a los ya fallecidos como Pedro Febles y Matt White, o Joserra Lete (Don José Ramón como secretario de Estado para el Deporte en el último gobierno de Mariano Rajoy) se desarrolló esta parte más íntima de la conversación. Luis José está casado con la periodista María Luisa "Chicha" Arozarena y tiene dos hijos, Luis José y Alejandro, que también han hecho sus pinitos en el basket. Rememora tiempos pretéritos: "Conocí a mi mujer en Madrid cuando jugaba en las categorías inferiores del Real (con los tenis de Brabender a ver si se me pegaba algo) y ya se veía que allí no iba a a seguir. Había varias opciones, entre ellas Valladolid, pero le dije a mi amigo Richy Bethencourt (también ya fallecido) que iría donde él fuera. Y me vine a la isla, donde jugué y estudié Biología" .

Personal en ataque

Curiosamente, Richy se fue luego al Canarias y él siguió en el Náutico, salvo el último año de su carrera deportiva, que jugó con los del Luther King en medio de una gran polémica. "Hubo algunos malos entendidos. Yo dije que con Dwayne Scales (el astronauta llegado desde los New York Knicks), el mejor extranjero que se había visto aquí nunca pero con algún problema de cabeza, no entrenaba más porque agredió e insultó a un compañero. Me siguieron veteranos de peso en el vestuario como José Luis Sánchez del Río o Rubén Rodríguez pero yo acabé en el Canarias". De Scales recuerda que "hubo un partido en el que defendíamos con cuatro, él se quedaba en el campo rival, no bajaba, y se incorporaba para atacar. Alucinante, pero cierto". Antes de estos acontecimientos "viví la época dorada del Náutico, la de los primeros años 80 del siglo pasado, en la que la cancha de Anaga y la afición fueron fundamentales. Nos daban fuerzas y alas (a los Subías, Mulá, Ribas, Pedro Febles, Matt White...) para ganar a rivales que eran superiores. Recuerdo un partido ante el Palma de Mallorca con 15 personas en las gradas y lo único que queríamos era que terminara pronto. Estábamos acostumbrados a otra cosa, desde luego". Valora: "Está mal que yo lo diga pero tenía un buen tiro de cuatro o cinco metros. Medía más de dos metros pero era flaco, no pasaba de 80 kilos. Literalmente me fueron sacando de la zona a empujones. Recuerdo un partido en Valladolid en el que tenía que pedir permiso a un señor de 120 kilos para que me dejara moverme". Hace poco volvió a jugar con otros veteranos y, de nuevo sin falsa modestia, reconoce que "me encontré mejor de lo que esperaba". Quien tuvo, retuvo. En el baloncesto, en la biología y en la ciencia, en general.