El fiscal que acusa a la red de estafadores desarticulada en 2002 en Canarias que dirigía el británico ya fallecido John Palmer, conocido como Goldfinger, ha rebajado de 12 a 2 años la petición para los principales acusados por las dilaciones de un juicio que ha tardado 19 años en celebrarse.

En sus conclusiones, el fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista ha rebajado sustancialmente las peticiones de penas que hizo en su escrito provisional teniendo en cuenta la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, ya que las investigaciones de este caso se iniciaron hace 19 años por parte del exjuez Baltasar Garzón.

Se ha bajado de los entre 8 y 12 años de cárcel para los acusador a entre 20 meses y 3 años

Así, ha bajado de los entre 8 y 12 años de cárcel que pedía para los acusados a entre 20 meses y 3 años de prisión. También ha retirado la acusación contra tres de los encausados y, en el caso de una mujer holandesa que ha confesado, su petición se ha quedado en 10 meses de cárcel por esta circunstancia.

Esta red estaba la lideraba Palmer, considerado uno de los cerebros del robo de lingotes de oro valorados en unos 30 millones de euros a una empresa de seguridad en 1983 en el aeropuerto de Heathrow (Londres) y que falleció en junio de 2015, a los 64 años, en su lujosa vivienda de Brentwood, al este del Reino Unido, tras recibir dos disparos de un calibre tan pequeño que apenas fueron detectados en un primer reconocimiento.

En las conclusiones que ha expuso en el juicio, el representante del ministerio público recordó que lo que ellos vendían a turistas no eran unas vacaciones de tipo "timesharing" o multipropiedad, ya que sus empresas siquiera tenían la capacidad para hacer eso, sino que se trataba de una verdadera estafa.