Hoy secundan la huelga, una cuestión de principios. Fue en 2010 cuando Izaskun Legarza Negrín retomó uno de los grandes sueños de su madre de toda la vida: abrir una librería y de ahí surgió la Librería de Mujeres.

"Por entonces, en Santa Cruz teníamos la fortuna de contar con librerías generalistas de gran calado". Así, dentro del abanico de especialidades, se decidieron por una librería de mujeres, especializada en autoras y en visibilizar la teoría feminista.

Las secciones se estructuran como en cualquier otra librería. Hay una parte dedicada a los ensayos vinculados a la teoría feminista, también a la historia de las mujeres, a su presencia en el arte y otras disciplinas, y escritos de mujeres sobre temas filosóficos, antropológicos, etc. Dejando el aparato teórico, también está la profusa creación de ficción: novela, relatos, ciencia ficción, poesía...

"Y está la parte de literatura infantil, la que consideramos un renglón fundamental", subraya Izaskun. "Hay que educar contra el machismo, en la igualdad y eso supone una tarea compleja", dice.

Desde su condición de docente considera que la base de todo "está en la educación, pero transformar los parámetros educativos es una lucha larga y difícil". Y sostiene que "hay una estructura social y modificarla requiere un cambio de conciencia y mucho trabajo en el tiempo".

Sobre el tema de los cuentos explica que, afortunadamente, "cada vez hay más y mejores, donde la narración abandona el estereotipo de la princesita que necesita un héroe que la salve", frente a esos relatos "en los que tanto niños como niñas se reconocen en un plano de igualdad".

A lo largo de estos años, la respuesta del público "ha sido buena", más allá de alguna anécdota, destaca Izaskun. "No creo que exista una literatura para mujeres o para hombres o para niños y niñas, sino una buena o mala literatura", sentencia.

Los niños y las niñas "son una maravilla", confiesa. "Contamos con clientes y clientas menores de doce años, incluso de diez, que tienen hasta ficha propia. Cuando sus padres deciden pasar el rato en la plaza Ireneo González, saben que aquí disponen, en la parte baja, de un rinconcito de cuentos." Y saludan, entran y se sientan, eligen sus propias lecturas y crean su particular sentido crítico.

"Lucía, por ejemplo, se hace toda la colección de cuentos de mujeres de Alda y su hermanito, la colección de hombres de esa misma editorial", explica la librera.

La coyuntura, con las voces de la ultraderecha cuestionando la cuestión de género, le provocan miedo. "Viví las postrimerías del franquismo, pero reconozco que estas voces asustan".

Izaskun está leyendo Sumar, de Diamela Eltit, galardonada con el Premio de las Letras de Chile. "Es muy compleja y moderna en la forma de narrar, manteniendo el hilo discursivo de los tiempos de la dictadura en su país".

Y recomienda la lectura de Edurne Portela, autora que estará en la librería el 25 de marzo.