Justo una semana después de que una marea de color anunciara el Carnaval con punto de partida en la avenida de Bélgica de Santa Cruz de Tenerife, el mismo lugar fue elegido ayer por la Plataforma Feminista de Tenerife para iniciar la manifestación que debía mostrar la fuerza del movimiento en la calle el 8 de Marzo. Y la expectativas se cumplieron porque decenas de miles de personas -la mayoría mujeres, pero también muchos hombres y niños a los que sus padres ilustraban sobre lo que veían- recorrieron el trayecto entre el Parque La Granja y la sede chicharrera de Presidencia del Gobierno, en la calle José Manuel Guimerá Gurrea.

El ambiente festivo acompañó toda la marcha con cánticos, consignas, mucha cartelería, batucadas y color. En este caso monocolor porque predominaba el morado.

La tarde, fresquita pero sin lluvia, acompañó y el ambiente fue subiendo con el paso de los minutos y la cercanía de las siete de la tarde, la hora prevista para salir. Riadas de gente llegaban desde los cercanos núcleos de La Salle o Tomé Cano, así como de barrios próximos, caso de Los Gladiolos o La Cepsa, para unirse a quienes ya habían tomado La Granja como base de operaciones. También hubo guaguas del Norte, del Sur. De la isla toda. La cercana avenida de Madrid era un hervidero.

Alguien decía "hay menos gente que el año pasado" pero eso no hizo decaer el entusiasmo ni la ilusión. Porque luego se fueron sumando aquellos que al principio miraban, Desde el arranque, a las 19:14 horas, que no fue esta vez la tradicional plaza de Weyler para no perturbar el Coso Infantil del Carnaval.

Por lo tanto, primero fueron espectadores a ambos lados de la acera y a medida que pasaba la marcha, con bastante fluidez y un orden espartano, participantes activos -funcionó aquella vieja frase de No nos mires, únete- hasta que una gran serpiente humana tomó por completo la avenida de San Sebastián. Un dato: a las 20:25 horas la cabecera de la manifestación paraba en la confluencia con la calle Los Molinos y seguía gente saliendo de la esquina con la Rambla de Santa Cruz bastante más arriba. Un impresionante mosaico de cabezas visto desde el TEA tras pasar la rotonda del Mercado.

Varios momento de ruido, caceroladas incluidos, precisamente, frente al TEA fue uno de ellos. Otro junto a la Grada de Gol del Estadio Heliodoro. Y el tercero, al final. El estribillo más entonado: Abajo el patriarcado (cuerpo abajo) que va a caer, que va a caer, arriba el feminismo (cuerpo arriba) que va a vencer, que va a vencer. Y todo un clásico: Que viva la lucha de las mujeres.

Delante de todos, junto al coche de la organización y la prensa, la incansable María en su silla de ruedas. Coreaba con emoción y ganas todos los lemas y consignas. Del De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste; el popular Manolo, la cena te la haces solo; los reivindicativos Me gustan las peras, me gustan las manzanas y en la cama me meto con quien me da la gana y La noche, la calle, la fiesta también son nuestras o el expresivo Machismo, eso sí que es terrorismo. Entre cantos llamando a la huelga como el conocido y reconocible A la huelga diez, a la huelga cien, a la huelga mil...

Apenas dos alusiones político-ideológicas fuera del estricto alegato feminista. Por un lado, el Se va a quemar se va a quemar la Conferencia Episcopal por machista y patriarcal y por otro Abascal (Vox), machista, estás en nuestra lista".

María llegó desde Ofra, en concreto desde el Camino del Hierro, y tras dejar sentado que es "independentista por los cuatro costados" valoró que estaba allí "porque hay que estar apoyando a las mujeres". Reconoció que "también hay hombres buenos, pero otros no tienen perdón cuando pegan o matan a una mujer".

Diana, de 50 y pico, y Elena, de 20 y pocos, son madre e hija, y residen en el Suroeste de la ciudad. La primera, desde la experiencia, enseña a su hija por qué está allí. Por ellas y por tantas. Elena le responde con firmeza: "Lo tengo muy claro".

Ejemplos entre miles ayer. Ellas representan a las mujeres diversas que ayer se unieron. En edad, en orientación sexual, en apariencia física, trabajadoras, en paro...

Y aquellas que no pudieron estar y fueron visibilizadas en el inicio de la manifestación con carteles (siempre los carteles). Como Romina, la última asesinada, en Lanzarote. Más víctimas de la violencia de género como Antonia, Gloria, Gara... Y las invisibles migrantes, becarias, presas o trabajadoras precarias.

Por la Ermita de San Telmo se cruzan grupos de carnavaleros disfrazados que aplauden a la manifestación. De fondo, la Feria.

La cabecera llega a la Rambla de las Casetas Azules y veinte minutos después todavía está entrando gente a la zona anexa a Presidencia. Impresionante. Las propias organizadoras se asombran y piden número de asistentes que es muy complicado de calcular.

La marea se mueve y busca luz en una zona de penumbra hasta colocarse en la confluencia de las avenidas José Manuel Guimerá y Buenos Aires. Allí se coloca la columna de sonido que han facilitado los pensionistas en lucha.

Ellos son un colectivo diferenciado. Hubo muchos ayer pero los absorbió la marea de los anónimos, los que salieron a la calle de acuerdo con alguno de "los 1.000 motivos" para hacerlo que se mencionaron en el manifiesto final.

Su lectura fue el momento culminante de la noche. Se hizo esperar porque, aseguraron desde ea organización, "vamos a aguardar porque sigue llegando gente".

Entre gritos de Luego diréis que somos cinco o seis, Sola, borracha quiero llegar a casa y No es no, lo demás es violación se pasó a la lectura del documento.

"No sabemos calcular pero lo ancho de la calle y lo apretadas que íbamos nos hace pensar que hemos superado el número del año pasado". Fue la frase inicial de la primera de las cuatro oradoras desde "la diversidad porque somos diversas en orientación sexual, hay migrantes, trabajadoras, en paro, pequeñitas, grandes, trans, lesbianas... Estamos antes meses difíciles porque van a utilizar el feminismo con fines partidistas y nosotras somos independientes y autónomas".

"Ni un paso atrás", "no tenemos miedo", "en la calle no nos para nadie" o "vamos a cambiar el mundo" fueron algunas frases coreadas por los que se agolpaban alrededor de la pancarta central que decía: Si las mujeres paramos se para el mundo".

Tuvieron un recuerdo para aquellas que no han podido sumarse a la jornada de huelga ni a la manifestación "porque ya no están entre nosotras o porque son invisibles". Otra idea a destacar en este final de fiesta feminista: "Somos las brujas de siglo XXI. Las locas, las sufragistas.. Seguiremos en esa lucha con más fuerza que nunca porque es algo necesario".

De fondo una batucada que llevó a alguien a decir que "no nos pare ni el Carnaval". Pero no era el Carnaval, ayer omnipresente, sino quienes a ritmo de tambores cantaban: Aquí estamos las feministas. Estuvieron. Y acompañadas.

Los mejores lemas del 8 de Marzo

Creatividad e imaginación fueron factores destacados en los carteles que sostuvieron centenares de manos durante la marcha feminista. En cualquier soporte y unos más cuidados que otros pero siempre con mensaje. En ellos pudieron leerse leyendas duras como No nací mujer para morir por serlo, Somos el grito de las que ya no tienen voz o Se lo debemos a las pibas que nunca volverán. También de reivindicación: Ni Dios ni amo;Si algún día no vuelvo a casa no pongas cadenas, prende barricadas; Anímate mujer hacia la revolución"... Y aquellos de respuesta a una realidad social machista: Avísame cuando llegues: pues ya hemos llegado; De camino a casa quiero ser libre no valiente o Nos quitan tanto que acaban quitándonos el miedo.