El Adiro es el segundo fármaco más consumido en España, justo después del Nolotil. Unas 18,5 millones de personas al año lo compran en todo el país, por eso, su falta de suministro provoca una situación que bien se podría comparar -salvando las distancias- con un desabastecimiento de Coca-Cola. La mayoría de la población que consume este fármaco es mayor de 65 años, pues se recomienda a aquellos pacientes que han sufrido un ictus o un accidente cardiovascular, y una gran parte de ellos muestra reticencias a la hora de modificar su tratamiento para consumir un fármaco alternativo, a pesar de que tengan la misma composición y funcionen exactamente igual.

Es el caso de Isidra, residente en Los Realejos que desde que sufriera una insuficiencia cardiaca "muy fuerte" hace algo más de dos años ha tenido que tomar Adiro de forma regular al menos una vez al día. Sin embargo, y aunque ahora está tomando Ácido Acetilsalicílico Aristo, afirma que preferiría Adiro, "porque es lo que me mandó el cardiólogo". En este sentido también se postula, Concha (nombre ficticio), de 67 años, que alega que a ella le gusta tomar el que le manda el médico, e insiste en que aunque su farmacéutico siempre le ofrece una alternativa, a ella no le "hace mucha gracia".

Los farmacéuticos han trasladado a la mayoría de los pacientes que existe un problema de suministro a nivel nacional. Un ejemplo es el de Francisco (nombre ficticio) de 72 años, al que, en su farmacia habitual, ubicada muy cerca de la Calle Cruz Verde en Santa Cruz de Tenerife, le han dicho que está agotado y que Cofarte no les sirve el fármaco. Pero también hay a quien no le han comunicado nada, como a Alejandro, de 48 años, que debe tomar una vez al día Adiro como anticoagulante. Según afirma, en su farmacia habitual, ubicada en La Cuesta, no le han dado "razón alguna" para explicar el desabastecimiento del fármaco.

Otra paciente, María (nombre ficticio), de 59 años, residente en Guía de Isora, también con insuficiencia cardiaca, alega que no le han ofrecido alternativa en su farmacia habitual y que, a raíz de la falta de suministro, "nota un leve dolor en el pecho". En su caso, no ha dejado de tratarse porque tenía guardadas en casa algunas cajas. Ana (nombre ficticio) es una de las pacientes afectadas por la falta de Adiro 300 mg, la presentación que lleva más tiempo agotada y que ya no llega a las farmacias. A ella le ofrecieron como alternativa Tromatyl 150 mg y se toma dos, a otros les han ofrecido tomar tres compromidos de 100 mg, pero la caja "no es la tercera parte más barata".

En este sentido, Manuel Ángel Galván, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife afirmó que los que consumen este fármaco son los menos y puso como ejemplo su farmacia. "Las estadísticas de compra señalan que tenemos dos personas al mes consumiendo Adiro 300, frente a las 50 o 60 que acuden en busca de Adiro 100", remarcó. Asimismo, el presidente remarcó que el problema con Adiro no es tan importante porque hay muchas alternativas.

Desde que comenzaran la escasez de suministro de Adiro 300 mg, los problemas con este fármaco han ido in crescendo. Primero, los pacientes, al escuchar las noticias, trataron de hacer acopio de las pocas cajas que quedaban. Luego, cuando el Adiro 300 desapareció por completo, se empezó a recetar más Adiro 100. Unos meses más tarde, el suministro de Adiro 100 empezó a estar afectado por la reforma de la fábrica alemana de Bayer, lo que provocó que el Ministerio de Sanidad propusiera hasta 17 fármacos alternativos a este anticoagulante. Ahora, de estos medicamentos algunas farmacias solo pueden disponer de una alternativa mientras que otras disponen de 2 o 3. Todo depende de la Cooperativa a la que hagan los pedidos. Manuel Ángel Galván recordó que los farmacéuticos pasan de media 8 horas a la semana buscando alternativas a estos fármacos con problemas de suministro.