La mujer uruguaya de 31 años asesinada el pasado sábado por su marido en el pueblo de Los Abrigos falleció estrangulada, aunque también recibió diversos golpes de gran intensidad. Ésta es la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores de la Guardia Civil que llevan el último homicidio ocurrido en el municipio de Granadilla de Abona.

En cualquier caso, los agentes y la autoridad judicial esperan los resultados de la autopsia para conocer con exactitud las circunstancias reales en las que murió María Fernanda L.F. a manos de su esposo, P.K.G., de 37 años y natural de Estados Unidos, antes de que éste acabara con su vida tirándose por un acantilado junto a la avenida Marítima del núcleo costero.

Una de las fuentes consultadas por EL DÍA en la jornada de ayer informó de que los hijos de la pareja fallecida, de siete y cinco años de edad, están bajo la tutela de la Dirección General del Menor del Gobierno de Canarias.

De momento, los pequeños permanecen con los mejores amigos de sus padres. Supuestamente, hasta mediodía de ayer no habían sido informados de lo sucedido por la pareja que los cuida desde la misma mañana del día de la tragedia.

Además, las autoridades competentes ya han contactado con los familiares de los menores que residen en Uruguay para comunicarles la situación, así como para estudiar la posibilidad de que se hagan cargo de los pequeños en el futuro próximo.

De hecho, una de las fuentes consultadas por este periódico explicó que la abuela y una tía materna llegarán a Tenerife dentro de dos días aproximadamente y se llevarán a los menores al país sudamericano.

Ambos niños, que tienen nacionalidad norteamericana, han sido alumnos del colegio de Educación Infantil y Primaria de Los Abrigos, según comenta una vecina del pueblo.

Desde las primeras horas en que se conoció el incidente, el Ayuntamiento de Granadilla ofreció apoyo psicológico a los hijos de los fallecidos, a través de la Unidad de Menores del departamento de Servicios Sociales. Además, el consistorio sureño también está dispuesto a brindar apoyo económico en beneficio de los pequeños.

La autopsia a esta nueva víctima de violencia machista fue realizada durante la jornada de ayer en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, después de que el levantamiento del cadáver se produjera aproximadamente a las 18:00 horas del sábado.

Debido a la magnitud del trágico suceso, la investigación ya se ha puesto en manos de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la capital tinerfeña, después de que las primeras pesquisas e instrucción de las diligencias correspondientes fueran realizadas por miembros del Equipo de Policía Judicial de Granadilla, así como del Grupo de Laboratorio de Criminalística, que desarrolló la inspección ocular de la vivienda donde tuvo lugar la muerte violenta de María Fernanda.

En las primeras horas, la titular del Juzgado de instrucción número 3 de Granadilla decretó el secreto de sumario sobre la investigación de la Guardia Civil.

La planificación de los hechos por parte de P.K.G. quedó acreditada desde el momento en que los guardias civiles supieron que llevó a los hijos a la casa de sus amigos y dejó una nota manuscrita en la que pidió que les dijeran a los pequeños que "sus padres habían muerto en un accidente".

Después, el norteamericano hizo una llamada para preguntarles a los amigos si habían leído la nota y para confirmarles que "ya está todo hecho". Otro indicio que contribuye a confirmar la premeditación del hecho delictivo es que el cadáver de María Fernanda apareció dentro de un arcón.

Sin denuncias

Sin embargo, a las fuerzas de seguridad no les constan denuncias de malos tratos por parte de la víctima. Los ciudadanos de Los Abrigos recibieron con consternación la noticia de ambas muertes violentas, tanto por el homicidio y el suicidio como por la nueva situación de los niños. Ciudadanos del pueblo costero consultados por este periódico coinciden al manifestar que María Fernanda era una mujer educada y muy correcta en el trato. De hecho, la fallecida era conocida en la zona porque trabajó como relaciones públicas en dos restaurantes de la avenida Marítima.