Dos mujeres fallecieron durante la tarde de ayer en el derrumbe de parte de un acantilado sobre la playa de Los Guíos, en Los Acantilados de Los Gigantes, en el municipio de Santiago del Teide.

Las víctimas son una turista británica, identificada como M.O., de 55 años aproximadamente, así como M.Vanessa A.R., de 34 años, licenciada en Derecho y vecina del barrio de Guargacho, en Arona, según confirmaron varias fuentes a EL DÍA. Al parecer, el padre de esta última fue director de un conocido complejo de apartamentos de Puerto de Santiago, en el mismo municipio de Santiago del Teide.

Los antecedentes de este trágico suceso hay que buscarlos hace exactamente un mes. El pasado 2 de octubre se produjo un primer desprendimiento en ese mismo lugar. Como consecuencia de ese incidente, una parte del acantilado quedó inestable, según explicaron vecinos y comerciantes de la zona en un primer momento. Ayer, esa parte de la zona de baño en la que cayeron las piedras y tierra del acantilado estaba acotada por una cinta de color blanco y rojo: en el momento en el que ocurrió la tragedia, y debido a la generosa jornada de playa dominical, en este litoral había unos doscientos bañistas.

El alcalde de Santiago del Teide, Juan Damián Gorrín, aseguró a los medios de comunicación que un socorrista advirtió a las mujeres fallecidas de que no podían colocarse en dicho lugar, ya que existía peligro de que hubiera un desprendimiento.

A tenor de las palabras del regidor, las víctimas supuestamente no le hicieron caso. Si realmente fue así, puede tratarse un caso de imprudencia, aunque este extremo deberá ser esclarecido por los investigadores de la Guardia Civil.

Sin embargo, un familiar de una de las fallecidas cuestionó la labor de gestión del problema realizada por las autoridades. Las grandes rocas y piedras se precipitaron de una altura máxima de 100 metros aproximadamente. De hecho, las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencias tuvieron que excavar varios metros de altura hasta llegar hasta las desafortunadas mujeres.

Más de un centenar de efectivos de diferentes recursos tomaron parte en las tareas de desescombro y rescate: en la tarea de retirada de los elementos rocosos participa una minipala y una máquina retroexcavadora de tamaño medio.

Laborioso rescate

El Consorcio de Bomberos de Tenerife desplazó efectivos de varios parques, como los voluntarios de Guía de Isora y los funcionarios de San Miguel de Abona. La Guardia Civil, por su parte, contó con el Equipo de Policía Judicial de Playa de las Américas, un helicóptero, personal del Grupo de Rescate de Montaña, el Servicio Cinológico (perros) y agentes del puesto de Playa San Juan. Al mando de los profesionales del Instituto Armado estuvo el comandante Jefe de Operaciones de la Comandancia Provincial, Manuel Touceda.

Los policías locales de Santiago del Teide y Guía de Isora colaboraron estrechamente y se emplearon a fondo en el operativo. Además, personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC), Ayuda en Emergencias Anaga (AEA) e, incluso, personal sanitario de centros sanitarios privados.

El alcalde aseguró que, a raíz del primer derrumbe, el ayuntamiento elaboró un proyecto para que el Gobierno de Canarias aporte el dinero necesario para impedir nuevos desprendimientos en el acantilado situado sobre la playa de Los Guíos. Supuestamente, dicho documento ya está en manos del Ejecutivo autónomo. El regidor aclaró que esas gestiones las realizó el consistorio sureño, a pesar de que el lugar donde ocurrió el trágico suceso es competencia de la Dirección General de Costas.

Después del accidente de ayer, la playa quedará completamente cerrada hasta que las administraciones públicas adopten las medidas de seguridad que eviten nuevas tragedias. Ahora, la pregunta es si las viviendas que están construidas sobre ese acantilado están a salvo de tales derrumbes. En el momento de realizar esta información las tareas de retirada de material habían finalizado sin que se produjeran nuevas noticias.