La Audiencia de Barcelona ha condenado a siete años de cárcel a un hombre que abusó sexualmente de su madre, una mujer de 80 años con alzheimer y en silla de ruedas, que residía en un geriátrico de Barcelona desde hacía un año. El juez le ha absuelto del delito de agresión sexual porque no se pudo probar que existiera violencia o intimidación.

Según quedó probado en el juicio, los hechos sucedieron el 16 de abril de 2008 cuando el procesado, Antonio M.G., fue a buscar a su madre después de comer a la residencia Sol de Tardor, en Barcelona, "con la excusa de dar un paseo". El acusado mantuvo relaciones sexuales con ella

La mujer, de 84 años padecía hemiplejia derecha --parálisis de la mitad del cuerpo--, iba en una silla de ruedas y sufría un impedimento del habla. "No podía hablar ni escribir pero se comunicaba", explicó una de las enfermeras.

Aquella tarde, según las cuidadoras, "la mujer volvió llorando y señalando la zona que le dolía" cosa que "no era normal".

El director de la residencia geriátrica donde vivía la octogenaria reconoció durante el juicio que, tras recibir las pruebas --posiblemente seminales-- que la enfermera del centro tomó de la víctima e intentar sin éxito que las analizaran en un laboratorio, se deshizo de ellas. "Lo que más lamento de todo es haberlas tirado", reiteró.

La Audiencia se ha basado en el testimonio de varias cuidadoras y asegura que, pese a la mala relación entre éstas y el acusado, el tribunal no "alberga la más mínima duda" sobre su declaración durante el juicio. Asimismo, se lamenta de la "imperdonable torpeza del proceder del director del centro que, incomprensiblemente tiró las muestras en lugar de acudir con ellas a la policía o al juzgado de guardia".

El director del centro explicó que, tras una llamada de las técnicas de geriatría alertando de la situación, se dirigió al mismo "para recoger las pruebas" y llevarlas al laboratorio Etxeberría. "En el laboratorio no quisieron cogerlas porque me dijeron que no eran mías. Por eso las tiré", se lamentó.

En el juicio, el ahora condenado, Antonio M.G. --que también deberá indemnizar a su madre con 12.000 euros-- negó haber cometido los abusos y explicó que en ningún caso "llevó a su madre a su casa" para violarla. "La llevaba a un bar para que viera a su hermana", apuntó.