El asesino confeso de Marta del Castillo destrozaba mobiliario urbano, daba patadas a papeleras y buzones, y en ocasiones llegó a golpear paredes y hacerse sangrar los nudillos, según las declaraciones de amigos que figuran en el sumario por la muerte y violación de la adolescente sevillana.

En dichas declaraciones, algunos amigos relatan que Miguel Carcaño "es un chico bastante problemático, agresivo, al que se le va la olla con bastante facilidad", "muy desconfiado" y "que se cree más chulo que nadie".

Un compañero de clase de Marta afirmó a la Policía que el asesino confeso de la joven, que permanece encarcelado desde febrero de 2009, "no aguantaba pequeñas bromas, que le hacían reaccionar violentamente y muchas veces le observaba golpear las puertas o paredes de forma que lograba tener los nudillos ensangrentados".

Una amiga de Miguel manifestó que "cada vez que se enfada, por el motivo que sea, reacciona de manera violenta y comienza a romper lo que tenga a mano, un teléfono móvil, los retrovisores de los coches, los buzones de correos de los edificios..., mobiliario urbano en general".

El asesino confeso de Marta se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 52 años de cárcel por un delito de asesinato y dos de violación, la realizada por él mismo y la cometida por el menor de edad que le acompañaba.

En general, "era muy celoso, a veces un poco frío y desaborío (desabrido)", según una de las amigas del entorno del acusado. Otra joven declaró que Carcaño "no era muy agresivo, pero se había metido en peleas varias veces".

Varios jóvenes han coincidido en su declaración en que el hermano mayor de Miguel, Francisco Javier Delgado, imputado como encubridor del asesinato, llegó a echarle de la casa que compartían "por los problemas que ocasionaba en la urbanización".

El testigo que relató el incidente de los nudillos ensangrentados manifestó también que "desde el principio pensó que Miguel era buena persona, que le parecía que estaba muy solo y siempre acompañado de niños pequeños, por lo que le introdujo en su grupo de amigos".

Sin embargo, a mediados de 2007 "empezó a cambiar y a frecuentar otros amigos, que a su entender no eran buena compañía" pues alguno había tenido problemas con la Policía.

Desde sus primeras comparecencias policiales nada más desaparecer Marta, el 24 de enero de 2009, varios amigos de la pandilla vincularon su desaparición con el hecho de que esa noche había salido con Miguel Carcaño.

Entre otros, los jóvenes criticaron que Miguel "no haya mostrado ningún tipo de interés para su localización, no se ha unido a buscarla, no se ha puesto en contacto con nadie para interesarse".

A la vez, varios testigos descartaron desde el principio que Marta pudiese haberse fugado de su casa pues "mantiene muy buena relación con sus padres, y siempre está en casa a la hora que le dicen".