El acusado de matar a un hombre aceptó ayer 13 años de cárcel tras confesar que asestó dos puñaladas, una a cada lado del cuello, a la víctima, y que posteriormente le prendió fuego al cuerpo en un antiguo vertedero ubicado en la zona de Costa Botija en Gáldar (Gran Canaria). "Era plenamente consciente de mis actos y, además, quería hacerlo", reconoció, durante el juicio con jurado celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

El fiscal, César Casorrán, rebajó de 15 a 13 años de cárcel su solicitud de pena a imponer a J.C.Q.S., de 39 años de edad, por un presunto delito de homicidio con la agravante de aprovechamiento de las circunstancias de lugar.

Ante el acuerdo de conformidad entre el Ministerio Público y la defensa no tenía que realizarse el juicio, pero al tratarse de una pena superior a seis años la Ley de Enjuiciamiento Criminal obliga a su celebración. Por ello, se acordó desarrollar "las pruebas mínimas" que acrediten lo sucedido.

En su declaración, el acusado admitió que entre los días 4 y 5 de marzo de 2008 su esposa le alertó de la desaparición en el domicilio común de ambos de diversas joyas de su propiedad, por lo que, alrededor de las 13:00 horas, solicitó a la empresa en la que se encontraba trabajando en aquel momento un permiso para ausentarse.

Acto seguido y, al sospechar de otro hombre como posible autor de dicho robo, se dirigió sobre las 14:30 horas con su vehículo al domicilio de él, ubicado en el barrio de Los Quintana de Gáldar, y le invitó a subir al coche con el pretexto de entablar conversación. El acusado condujo hasta el antiguo vertedero en Costa Botija, en el barrio de Sardina, "con evidente intención de valerse de la ventaja que le proporcionaba lo despoblado de ese lugar".

Una vez allí, ambos se apearon del vehículo y J.C.Q.S., presuntamente "con la intención de acabar con la vida" del otro hombre, le asestó dos puñaladas con un cuchillo y le causó la muerte. Después el acusado ató de pies y manos el cadáver de la víctima, lo arrojó por un pequeño barranco de la zona, le roció con gasolina y le prendió fuego.

Durante el interrogatorio realizado por el fiscal, J.C.Q.S. contestó a todo "sí señor" o "sí". Igualmente, aceptó que en el momento de la comisión de los hechos "gozaba de plenas facultades intelectivas y volitivas".

De este modo, el Ministerio Público cree que el acusado es "culpable" y "plenamente responsable de sus actos". A raíz de su confesión de haber cometido el crimen, rebajó a 13 años de cárcel la pena para J.C.Q.S., que ha estado en prisión desde el 25 de marzo de 2008. Además, en concepto de responsabilidad civil, se mantuvo la reclamación de que el acusado indemnice a los padres y hermanos del fallecido en la cantidad de 100.000 euros.

El letrado de la defensa, Walter Suárez, hizo hincapié en que su cliente "siempre ha colaborado con la justicia y desde el principio ha facilitado la investigación", algo que "no es normal". Por ello planteó que se había llegado a un acuerdo con la Fiscalía, después de que en un principio solicitara una indemnización de 68.900 euros y la pena de 5 años de prisión para su cliente por un presunto delito de homicidio con la atenuante de arrebato u obcecación.

En su escrito de conclusiones provisionales, el abogado manifestó que J.C.Q.S. arrojó el cuerpo de la víctima "al borde de la carretera", y "preso del pánico le prendió fuego". Días después, confesó ante tres compañeros de trabajo que "había cometido una locura", por lo que se entregó a la Guardia Civil y "se mostró arrepentido".