Una de las fuentes consultadas por EL DÍA manifestó que Julio C.G., acusado de supuestos abusos sexuales a menores internos en la Casa Cuna, no tenía "carisma" y, en ocasiones, adoptaba actitudes que merecen el calificativo de "cobardes". Su detención por el caso, donde supuestamente hay una decena de afectados y cuatro de ellos han presentado denuncia, se conocía en el citado recurso social desde enero. El hecho ha generado un gran malestar en el histórico orfanato.

Hace años, el procesado llegó a presidir el comité de empresa de la Casa Cuna por una organización sindical. Después, se integró en otra plataforma de defensa de los trabajadores, que actualmente es la mayoritaria en la Casa Cuna. Durante más de una década, J.C.G. ha estado liberado, es decir, dedicado en exclusiva a garantizar supuestamente los derechos de los trabajadores, por lo que, en principio, no tenía por qué mantener contacto alguno con los bebés, niños o adolescentes que residen en el complejo dependiente de la administración insular. Supuestamente, hace años se le abrió un expediente relacionado con un caso similar de abusos sexuales, aunque se desconocen las consecuencias que tuvo dicho informe.

La última reunión del comité de empresa a la que asistió Julio se desarrolló en diciembre.

En estos momentos, en la Casa Cuna trabajan alrededor de 60 cuidadores y una quincena de educadores. Y la función de cuidador, la que tuvo asignada J.C.G. en su momento, es la que requiere una atención más directa con los menores acogidos.