Los restos óseos hallados el pasado sábado en el Barranco de Balos, en el municipio de Agüimes, al sureste de Gran Canaria, corresponden a un adulto de 50 años de edad aproximadamente, fallecido hace unos 10 años.

Así lo informó ayer a los medios de comunicación en la capital grancanaria la delegada del Gobierno en las islas, Carolina Darias, que aseguró que una de las líneas de investigación que se están barajando es que los huesos hayan podido ser utilizados para un ritual de santería.

Agentes de la Policía Científica de la Guardia Civil se trasladaron el pasado sábado hasta el citado barranco de Balos para levantar los restos humanos -dos fémures, un cráneo y más huesos- encontrados por un transeúnte.

Darias manifestó que los restos corresponden a un adulto, y, por tanto, descartó que pertenezcan a un menor. "Se trata de huesos que corresponden a un adulto de unos 50 años de edad aproximadamente y pueden tener una antigüedad de unos 10 años, pero hay que esperar al informe forense", apostilló, ya que es importante que los análisis determinen la datación, para que la Guardia Civil pueda buscar a quién corresponden esos huesos.

Cuestionada sobre si puede estar relacionado con un ritual de santería, la delegada del Gobierno dijo que prefiere "esperar" y "que sea la investigación la que avance por dónde van a ir definitivamente las líneas de la misma".

El hombre que encontró los huesos era de la zona de Los Llanos del Polvo y los vio mientras paseaba a su perro al final de la avenida de las Tirajanas, donde termina la carretera y comienza el citado barranco, según afirmaron fuentes cercanas a la investigación.

Respecto al lugar donde se hallaron los restos humanos cubiertos de cal viva, las mismas fuentes señalan que el agujero no era profundo, apenas de unos 50 centímetros, y el tamaño del mismo podría ser como el del volante de un turismo.