La tragedia se desarrolló en silencio. Eran las 4:00 de la madrugada. Los hijos de la pareja estaban durmiendo y la hermana de la fallecida, que reside en la planta inferior, no escuchó nada. El marido, identificado como H.J.G.G., de 37 años, supuestamente asestó a Lidia E.R. dos puñaladas y una de ellas fue certera, pues le alcanzó el corazón. Después se desató el horror. El presunto autor del homicidio salió de la vivienda y bajó las escaleras. Tocó el timbre del piso inferior y avisó de lo que había hecho al marido de la cuñada.

En ese momento, varios vecinos de la calle Ciprés, en el barrio santacrucero de Barranco Grande, escucharon voces de angustia y vieron salir al sospechoso, que se subió en su Citroën Berlingo de color gris y huyó en dirección a la carretera general del Sur.

El padre de la mujer bajó a la calle desolado y exclamando: "¡Qué han matado a mi hija!". La madre de Lidia sufrió un ataque de ansiedad al conocer el hecho y tuvo que ser atendida en un hospital. Un vecino llamó a las 4:10 horas al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes), que activó a personal de una ambulancia medicalizada y otra de soporte vital básico del Servicio de Urgencias Canario (SUC), así como al Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes fueron los primeros en llegar al domicilio donde residía Lidia, junto con su marido y dos hijos de la pareja, de cuatro y ocho años.

La víctima del trágico suceso fue encontrada tendida sobre la cama de uno de los dormitorios de la segunda planta del edificio.

Inmediatamente, los policías activaron el protocolo para este tipo de muertes violentas y dieron aviso a la central operativa de la Guardia Civil de que el presunto autor había escapado en el mencionado coche, aportando la matrícula del mismo.

Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida a la mujer. Hasta la vivienda acudieron agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica y del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial. Durante la inspección ocular, los investigadores encontraron el cuchillo de cocina con el que supuestamente se cometió el crimen. El levantamiento del cadáver se produjo poco antes de las 7:00 horas ante la presencia de la Comisión Judicial.

El presunto autor nació en Caracas en 1973, aunque ya tiene nacionalidad española y dispone de documento nacional de identidad.

Persecución con riesgo

Una patrulla de la Guardia Civil de Candelaria estuvo atenta para escuchar la requisitoria de que se buscaba a una persona por homicidio. El vehículo fue localizado por los agentes del Instituto Armado a la altura del kilómetro 19 de la autopista del Sur (TF-1), a la altura del polígono industrial del Valle de Güímar, concretamente en el municipio de Arafo. Al comprobar que era seguido por los guardias civiles, el individuo accedió a la autopista en dirección contraria a la circulación y la persecución se prolongó a lo largo de cuatro kilómetros en sentido a Santa Cruz.

En los minutos que se desarrolló el delito de conducción temeraria, la sala operativa del 112 recibió numerosas llamadas para advertir de tal hecho. El arrestado provocó supuestamente un accidente a la altura de Las Caletillas, en Candelaria.

Como consecuencia de dicho suceso, los dos ocupantes del otro automóvil resultaron heridos leves, aunque uno de ellos fue trasladado al Hospital Nuestra Señora de la Candelaria. Los agentes pudieron interceptarlo tras el accidente, en el kilómetro 15 de la vía a las 5:30 horas. Después, fue trasladado al puesto de la Guardia Civil en Candelaria, donde le instruyeron las primeras diligencias por el homicidio.

El Equipo de Atestados de la Guardia Civil de Tráfico del destacamento de La Laguna le imputó un segundo delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. Después, el individuo fue trasladado a los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional en el Distrito Sur de la capital tinerfeña, donde los agentes de Homicidios le tomaron declaración por los hechos.

Un precedente

El subdelegado del Gobierno, José Antonio Batista, confirmó ayer que la víctima mortal no había denunciado a su marido. El pasado 1 de agosto, la pareja protagonizó supuestamente una pelea y un vecino avisó a las fuerzas de seguridad para que intervinieran.

Sin embargo, la mujer no quiso denunciar al marido ante los agentes, ni tampoco cuando ambos fueron llamados a declarar ante la autoridad judicial, por lo que el caso se archivó. Una vecina aseguró ayer a varios medios de comunicación que esta misma semana también escuchó una discusión.