La Sección Segunda de la Audiencia Provincial tinerfeña celebró el juicio contra Donato J.D.A., al que acusa el Ministerio Fiscal de un delito de agresión sexual en grado de tentativa para el que solicita una pena de seis años de prisión y el pago de una indemnización de 20.000 euros para la víctima.

Según el escrito de la acusación el día 3 de septiembre de 1999, el procesado, después de trabar conversación con una joven de nacionalidad noruega en un bar de copas, sito en las inmediaciones del Centro Comercial San Telmo, en Los Cristianos, salió con ella a tomar otra copa a un bar cercano y regresando al primero momentos después.

La mujer decidió marcharse a su apartamento, ya que se encontraba de vacaciones en la Isla, y el procesado, según el fiscal, decidió seguirla y, "tras asirla por un brazo, la trasladó hasta un callejón estrecho y sin iluminación donde la tiró al suelo. Tras subirle el vestido, él se bajó los pantalones e intentó besarla y le introdujo un dedo en la vagina pese a la fuerte resistencia que presentaba la víctima. Ante los gritos de auxilio de la mujer, se acercó hasta el lugar un hombre que increpó al asaltante, haciéndolo huir. Un camarero que acababa su turno lo persiguió hasta su lugar de residencia, llamando por teléfono a la Policía Nacional para que se personara. Una vez en el lugar de residencia del acusado tocaron a la puerta y le pidieron que se identificara. Después acompañó a los agentes hasta la Comisaría Sur, donde, en una rueda de reconocimiento, fue reconocido por la víctima.

El acusado lo niega todo

Por su parte, el acusado negó que existiera penetración y que tanto él como la turista habían tomado copas y se habían besado en reiteradas ocasiones. "Cuando vi a un inglés que venía muy enfadado hacia mí salí hacia mi casa. No hubo agresión ni penetración. Nos tocamos mutuamente", dijo.

La defensa pidió la libre absolución de su cliente. Un ex policía nacional que acudió al lugar de residencia del procesado declaró en sala que "no prestó resistencia". El ex funcionario del CNP señaló que los viernes por la noche, en la zona de pubs, hay muchísima gente y no es raro ver a las extranjeras muy bebidas.

A través de una videoconferencia declaró la víctima, la cual estaba muy afectada pese a que los hechos ocurrieron en 1999. "Estuve de vacaciones en Tenerife. Había salido a tomar unas copas con unos amigos y ellos se marcharon y me quedé sola. En el bar hablé con varias personas. No recuerdo si uno de ellos dijo que se llamaba Mike. Estuve hablando con un chico español, tomamos unas copas y hablamos amigablemente. Me llamó la atención porque aquí se da un beso en cada mejilla. En un momento determinado quise marcharme a casa. Después de un rato caminando él quería una cosa y yo no. En el callejón me sentí paralizada. Él se bajó los pantalones y me subió el vestido y no consiguió quitarme las bragas porque crucé las piernas fuertemente".

Según la acusación, le tocó los genitales a la víctima y al gritar pidiendo auxilio acudió un señor que pasaba por allí. En una rueda de reconocimiento distinguió al acusado como la persona que intentó agredirla sexualmente.

Callejones oscuros

Tanto un testigo que siguió al acusado hasta su casa como el policía nacional que estaba esa noche de patrulla confirmaron por videoconferencia que existían callejones oscuros y poco transitados a la hora en que ocurrieron los hechos en el Centro Comercial San Telmo.

Los peritos que comparecieron en la causa manifestaron que los hematomas en brazo, codos y en la cara interna del muslo izquierdo son compatibles con una agresión sexual. Asimismo se comentó que "no llegó a penetrarla porque apretó las piernas y las lesiones son compatibles con el relato que ella manifiesta".