La última víctima conocida de un caso de "secuestro exprés" en Tenerife es el empresario joyero Francisco Morales, quien considera que, con la realidad actual, quizás "hacen falta menos policías y más tecnología" para tratar de localizar a los delincuentes con mayor facilidad.

En esa línea, el dueño de la cadena de joyerías Te Quiero comenta que las autoridades deberían afrontar, sin ningún tipo de complejos, la colocación de un mayor número de cámaras de videovigilancia en los lugares estratégicos de cada núcleo de población, para que, en el caso de que se produzca cualquier suceso grave, como ha sido su caso, existan imágenes grabadas de los vehículos que entran o salen de un determinado lugar en las horas en que tiene lugar el suceso.

Este planteamiento de Francisco Morales no es nuevo, ni mucho menos. Hace dos años aproximadamente, manifestó a este periódico exactamente lo mismo después de sufrir el asalto a uno de sus establecimientos comerciales en San Miguel de Abona.

En los días posteriores a sufrir la retención por cuatro individuos que fueron detenidos por la Guardia Civil en menos de 72 horas desde que se produjo el hecho ilícito, varios familiares le sugirieron que dejara su vivienda en Candelaria de forma temporal y se fuera a vivir con ellos o a alojarse en un hotel. Pero Morales prefirió seguir el consejo de un guardia civil, que le comentó que, si aquella era su casa, por qué no iba a residir en ella. Con esas palabras, el empresario explicó que, por el momento, su vida no le ha cambiado sustancialmente, después de que fuera golpeado brutalmente, engrilletado y asaltado en su propio chalé. En cualquier caso, comenta que mantiene las mismas medidas de seguridad que ya tenía en su chalé y sus diferentes locales. Sus recuerdos de la tarde de aquel miércoles 24 de noviembre están relacionados con una gran impotencia, pues le dieron numerosos golpes en la cara y le rompieron varios dientes, mientras él no podía defenderse, pues tenía las manos esposadas.

Cuando se le pregunta si guarda rencor a sus secuestradores, dice que "no, que cada uno siga con su vida". Pero advierte de que las fuerzas de seguridad y la Justicia deben tratar de corregir a los delincuentes desde que cometen el "más mínimo delito".