Jared Lee Loughner, el joven acusado de perpetrar el tiroteo del 8 de enero en Tucson (Arizona), se declaró hoy "no culpable" de los cargos de intento de asesinato de la congresista Gabrielle Giffords y de dos de sus asistentes.

Loughner, de 22 años, presentó su declaración en una audiencia en una corte federal de Phoenix (Arizona), según informó la cadena ABC.

Esposado de manos y pies y con una sonrisa en la cara, el joven permaneció en silencio durante la audiencia mientras su abogada, Judy Clarke, leía el alegato ante el juez del distrito Larry Burns.

La declaración se refería a tres de los cinco cargos federales a los que Loughner se enfrenta por el momento: uno por intento de asesinato de un miembro del Congreso y dos por intento de asesinato de empleados de Estados Unidos.

Además, el joven está acusado de dos cargos de asesinato de dos empleados federales, el juez del distrito John Roll y el asesor de la congresista Gabriel Zimmerman.

Junto a ellos, murieron otras cuatro personas y catorce resultaron heridas, cuando Loughner irrumpió con un arma en un acto con votantes de Giffords frente a un supermercado.

La acusación ha subrayado que los cargos federales son "sólo el principio" y que el joven se enfrentará además a cargos estatales por los asesinatos y ataques a personas que no trabajaban para el Gobierno, como el de la niña de 9 años Christina Green, fallecida en el tiroteo.

Pese a la declaración presentada hoy por Loughner, las autoridades han encontrado varias muestras de la obsesión del joven con la congresista, incluida una carta en la que la propia Giffords le agradecía su asistencia a un acto y que él había llenado de insultos escritos a bolígrafo.

El joven permanece recluido sin posibilidad de fianza en la Institución Correccional de Phoenix, ubicada a 225 kilómetros al norte de Tucson, aunque su abogada pidió hoy que se le traslade de nuevo a esa localidad.

Por su parte, Giffords, herida en la cabeza en el tiroteo, fue trasladada el viernes del hospital en el que se recuperaba en Tucson a un centro de rehabilitación en Houston (Texas), donde se espera que permanezca varios meses.